Del verbo latino legere, cuyo significado variaba entre escoger (acepción de la que proviene elegir) y leer. En el latín medieval, se usó el gerundivo (forma verbal impersonal relativa a lo que debe llevarse a cabo) legenda, con el significado de (algo) para ser leído cuando el término se aplicaba, sobre todo en el catolicismo, a las hagiografías o biografías de los santos.

Dícese, según la R.A.E., de la relación de sucesos que tienen más de tradicionales o maravillosos que de históricos o verdaderos.

Las leyendas se sitúan, pues, en ese lugar entre lo cierto y lo fantástico, aunque suelen referirse a algo que existió o sucedió (o que existe y sucede).

La leyenda casi siempre se ancla en algo real, demostrable: el nombre de un lugar; la existencia de un personaje; un acontecimiento... sin embargo la circunstancia originaria debe poseer algún detalle que la haga susceptible de ser contada (hecho asombroso, gesta histórica, peripecia personal...) y al ser transmitida oralmente, en la mayoría de ocasiones, se va cargando de elementos mágicos si es que no los poseía ya en su gestación.

En cualquier caso una leyenda debe resultar verosímil para quien la escucha, por muchos elementos fantásticos que esta posea. Esa categoría de real, de que así ocurrió, y que así se ha contado a lo largo del tiempo dota a la leyenda de su particularidad respecto a otro tipo de narraciones (mitos, cuentos fantásticos, chascarrillos...) y que nos tiene que llevar a narrarla desde la veracidad de los elementos que la componen por extraños o mágicos que sean.

Las leyendas suelen ir acompañadas de un tono épico, elementos sorprendentes que sobresalen entre lo habitual, diferenciándolas así de las anécdotas o curiosidades, que también forman parte del universo narrador.

Leyenda también se puede referir a la biografía (o parte de ella) de alguien que destacó (o destaca, leyenda viva) en alguna destreza o valor.

La llamada leyenda urbana no se denomina así porque ocurra en las urbes en contraposición a lo rural. Se trata de historias que han acontecido en nuestro entorno temporal y/o cultural y/o geográfico, y sobre todo que son posibles y por tanto pueden sucederle tanto a quien las escucha como a quien las cuenta.

"¿Pero pasó de verdad?"

 

Domingo Chinchilla