Contar por boca de vieja
Me encargan que hable de la voz del viejo en los cuentos y tengo la sensación de que escuchar viejas, puede ser para los que andamos en el oficio de contar historias otra de esas modas que van y vienen, una necesidad alentada más o menos por una creciente y urbana preocupación por eso que llaman el territorio vacío, vaciado o abandonado, quizá también un exotismo asociado a eso que ya no se puede encontrar, a ese tesoro perdido y en buena medida, porque las palabras de viejo son eficaces desde el punto de vista escénico, ya que llevan a gran parte del público a un lugar seguro y feliz, donde está la amorosa mano de anciana que nos acariciaba:
"Había seis puertas, la de la calle de donde se sentían los coches, los camiones y los tractores, la de la cocina de donde venía el calor y el olor a chicha, la de la habitación de la máquina de coser con sus cajas de manzanas, la de la abuela vieja, que sólo se entraba los domingos a darle un beso y a por la propina, la de las muñecas donde dormía yo, y la de ellos, la puerta de ellos no se cerraba nunca y la mía sólo si ya me había dormido, entre el armario y las muñecas andaban siempre el Sacamantecas, el Papón y el Hombre del Saco, por eso yo, cobarde, me ponía mohíno y ella se acostaba conmigo, esto era una cocha que tenía siete cochines y andaban al verde ahí, por cima del Tamaral, entre la Pajarera y la Josa, que antes había ahí una manga con dos molinos, y estaba la cocha mirando pa los cochines y llegó el lobo, ay de mí dijo la cocha, ay de mí y de mis cochines, yo me arrimaba a ella y ella me pasaba la mano por la cabeza, en el calor de mi abuela se me abrió el entendimiento de los cuentos.”
Este texto que escribí para el prólogo de “Cuentecico rematao…” una preciosa recopilación de ciento cincuenta cuentos de Iniesta, nos ubica en este primer valor que tiene el contar desde las palabras del viejo, la capacidad de devolver al que escucha, sea en corto o como público a la patria feliz de la infancia.
Rosa Olivera y Virginia Diebra, contadoras de Sejas de Aliste.