La biblioteca es un lugar donde se fomentan los sonidos suaves: los murmullos, los susurros, y alguna que otra risa pequeña rompe el silencio. Se diría que siempre es así, pero hay un momento en el que todos los sonidos están permitidos pues los libros se abren y comienzan las historias que otorgan un papel esencial al humor y también al ritmo, a la onomatopeya, al silencio. ¡Comienza el cuentacuentos!