Érase una vez un pueblo en la Mancha, en el que los “inquietos duendes” de la Biblioteca y la Ludoteca, consiguieron, con mucho esfuerzo, que llegara la magia de las palabras y que la gente del pueblo comenzara a reunirse una noche al año para disfrutar contando y escuchando cuentos. Así nació el Maratón de Cuentos que se llamó “Cuentos bajo la Luna”.

Tras conocer y acudir al Maratón de los Cuentos de Guadalajara, surge la idea de organizar un gran festival de la narración oral de similares características en la localidad, eso sí, adaptado a la realidad de este municipio de 6.000 habitantes. Pasarán dos años para que este sueño se pueda hacer realidad. Y es así como en 2007 celebramos la primera edición de nuestra fiesta de la Palabra.

El Maratón de Cuentos se constituye como uno de los eventos culturales y de animación a la lectura más importante que organiza la Biblioteca Pública Municipal de Mota del Cuervo y la Ludoteca Municipal “CachiBaches” conjuntamente, y que ya tiene un lugar establecido en el calendario cultural de Mota del Cuervo.

El Maratón ha tenido, año tras año, una gran acogida entre los vecinos de la localidad y comarca. Gracias a ello en este 2016 hemos celebrado su 10ª edición.

El Festival de narración oral "Verano de cuento" se desarrolla actualmente en la Plaza del Príncipe, de la Villa de El Sauzal, en Tenerife, Islas Canarias. Este 2016 realiza su edición número 17. Nació en el año 2000 por iniciativa de los miembros de la Asociación Cultural Teatrofia, con un presupuesto exiguo y muchas ganas. Verano de cuento venía a cubrir un hueco en la comarca norte y en la época estival, pero no se consolidaría como festival hasta pasados unos años.

Tras el primer cambio de ubicación, sólo una decena de metros más al sur, pasamos a utilizar la escalera de acceso a la Plaza de San Pedro como gradas, acotando el espacio frente a ellas para convertirlo en escenario, y configurando así un espacio íntimo que dio cabida a una media de trescientas cincuenta personas por sesión.

Unos años después de mantener ese aforo limitado, volvimos a mudarnos, esta vez unos doscientos metros más al norte, utilizando una enorme escalera, que cae tangencial entre unos jardines maravillosos, que desemboca en la Plaza del Príncipe, con lo que el aforo aumentó hasta las seiscientas cincuenta personas.

 

XVII Verano Cartel BAJA

El Espinar, con casi diez mil habitantes, es el pueblo más grande de la provincia de Segovia. Cuenta con tres núcleos de población, La Estación, San Rafael y El Espinar y con una importante colonia de veraneantes procedentes en su mayoría de Madrid, de la que dista 60 kilómetros. Tras el éxito del primer festival de Segovia en el año 2000, el alcalde de entonces, Juan José Vitorio, un hombre ilustrado, me llamó para que hiciera algo semejante en El Espinar. Entonces el Festival duraba cinco días. Y ahí seguimos, unos cuantos alcaldes después, ahora, a consecuencia de la crisis, con dos días menos. Comenzamos en San Rafael, en el pequeño teatro que alberga la biblioteca, seguimos y en el Centro Cultural de El Espinar y rematamos de nuevo en San Rafael. Suele hacerse los últimos días de julio o en los primeros de agosto. Y, a juzgar por el entusiasmo de los técnicos de Cultura, si ha conseguido permanecer es por el seguimiento entusiasta de los propios ciudadanos. No es un seguimiento masivo, pero sí constante. Me dicen que, salvando los actos de cultura popular como el Festival de Dulzainas o La Noche de las Teas, es el acontecimiento cultural que más fieles arrastra. Y que la gente lo espera con ansiedad y se desplaza de unos núcleos a otros siguiendo la programación. La asistencia suele rondar en torno a cien personas y los espectáculos son gratis. 

El Festival ha sido patrocinado en exclusiva por el Ayuntamiento y a partir del cuarto año, se le añadieron dos actuaciones infantiles previas a la de adultos que corren a cargos de los narradores invitados para adultos lo que, en parte al menos, condiciona la programación. Los invitados a lo largo de estos años han sido variados, desde artistas más cercanos al teatro de objetos como Rodorín o Jaime de la Chana, hasta los clásicos gallegos como Cadaval, Cándido Pazó, Celso Fernández o Avelino González pasando por Pep Bruno, Oswaldo Pai, Alberto Sebastián o Pablo y Félix Albo. Y, por supuesto, Ana Griot, Cristina Verbena, Susana Fu, Trécola, Eugenia Manzanera, Virginia Imaz, Paula Carballeira o Maísa Marbán. También han sido invitados personas algo periféricas o heterodoxas respecto a la narración, pero muy enriquecedoras, como el poeta Juan Carlos Mestre el folklorista Chema Fraile o el cervantista Emilio Pascual. 

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