Atlántica es un Festival Internacional de Narración Oral, nacido en Santiago de Compostela en el año 2013. La ciudad había tenido sus épocas doradas de la narración oral, con una programación variada en diferentes espacios. Pero en el 2012 se veían pocos carteles de “contacontos”.

El Festival nace de una mezcla preciosa: añoranza de esa época, necesidad de crear nichos de trabajo en tiempos de crisis, ganas de reencontrarnos en torno a las historias, público que por la calle reclamaba la vuelta de los narradores y un grupo de voluntarios de distintos sectores creativos, que inmediatamente se sumaron a la idea. 

Los bares de la Ciudad Vieja, con el pub Atlántico a la cabeza, apostaron por el evento. Quico Cadaval, Cándido Pazó, Avelino González, Paula Carballeira, Charo Pita, Celso Sanmartín, Fátima Fernández, Caxoto, Oswaldo Digón y más compañeros y amigos que ahora se me escapan se pusieron enseguida a disposición y muchos de ellos a trabajar desde dentro.

 

¿Por qué Atlántica?

Galicia es mar, su gente, sus historias, huelen a océano incluso en  tierra adentro. Si escuchas a un narrador gallego tienes la sensación de meterte dentro de un viaje que de fondo tiene la melodía de las ondas y de los vientos.

A eso hay que sumarle un trabajo de investigación que algunos integrantes del equipo veníamos  llevando a cabo en yacimientos arqueológicos, donde a cada piedra que levantábamos aparecían indicios de una cultura celta de carácter atlántico, con vínculos ancestrales con otros países de nuestro entorno marino: Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda, la Bretaña Francesa, o más allá: al mundo escandinavo o de pueblos germánicos como los suevos. 

Y si nos vamos a la historia mas reciente, tenemos a miles de gallegos y gallegas haciendo sus maletas para recalar en Argentina, Uruguay, EE.UU, Cuba, Venezuela, México… Por medio siempre ese mar al que tantos entregaron y entregan sus vidas, sus sueños, sus sudores y sus esperanzas. 

Quedaba, pues, muy clara la identidad que le queríamos dar al Festival: historias oceánicas, reunidas en una ciudad que tiene gaviotas sin puerto. Una ciudad que mira por encima del monte sagrado de la Reina Lupa, influida en su carácter y en su climatología por las borrascas y los vientos del mar.  

 

¿Cómo comunicar la idea?

Para ello contamos desde el primer momento con un equipo fantástico de diseñadores, Ekinocio Comunicación.

Había conceptos claros, los cuentos como faros, las voces que hechizan como sirenas, el viaje por el mundo, el regreso con las redes repletas, el sonido de las caracolas con la forma tan similar a las “orejas”, los bares-puertos donde contar las travesías…

Tres colores nos identifican, el celeste, el rojo y el blanco, un juego de espumas, olas, cielos, boyas, barcas que nos permiten hacer una secuencia de imágenes muy nítidas.

Dentro de Atlántica, podemos ser fareros, caracolas, cangrejitos, peces o estrellas de mar, así identificamos las actividades, los espectáculos para niños o adultos, conferencias, talleres etc.

El diseño debe responder a la versatilidad de su uso. Producimos un cartel genérico de todo el Festival y uno específico para cada evento y cada artista. Hacemos una tirada grande de folletos de mano y una más reducida de un programa de varias páginas, con fotos y textos de los participantes.

Desde el año pasado hemos introducido un código QR con todo el programa alojado en nuestra web, que ha tenido muy buena aceptación.

 

Una confusión popular en conceptos profesionales

Nos encontramos un escollo desde el principio y en él llevamos tres años trabajando; para quienes no son público habitual, el “cuentacuentos” es un chico-chica que le cuenta a los niños y si hay alguien que cuenta para adultos es un monologuista de humor. Tocaba explicar lo que somos, lo que hacemos.

Para ello hemos comenzado a cambiar las presentaciones de los narradores que muchas veces nos enredamos en metáforas preciosas, que nuestros colegas de oficio o las bibliotecarias habituadas a contratarnos encuentran magníficos, pero que una señora o señor que coge el folleto en la puerta del teatro, no entiende de que va a ir el asunto. Por ejemplo: “la magia de la palabra, la fuerza del decir, las historias, el mundo que se amplia bla bla”  (presentación de un espectáculo mío). 

El público de a pie leía y decía “¿pero esto de que va?”

Por suerte en el equipo tenemos desde el primer año a Manuel Gago, comunicador, y a Mon Serodio, ex productora de la sala NASA, que nos pusieron los pies en la tierra. Nos explicaron que un espectáculo tenía que llevar un texto breve, que atrapara, que explicara y que por sobre todo invitara a alguien que no sabía nada de cuentos a comprar una entrada.

En definitiva a crear una especie de tráiler. También es muy difícil encontrar entre los colegas, fotos de alta definición, webs actualizadas, currículos en distintas versiones, papelería específica, etc. El equipo de diseño se vuelve loco cuando alguno de nosotros le manda pdf con la explicación del espectáculo y fotos en baja resolución o desenfocadas. ¡Menos mal que Los Cuentos de la Luna hizo un buen registro fotográfico que nos ha salvado en más de una! 

 

Fotografía y comunicación: un eje fundamental

Por eso desde el primer año hemos contado con dos fotógrafos profesionales, Mino Andrade y Amparo Portabales, que llevan las galerías fotográficas del Festival. Éste año sumamos el registro en vídeo de trozos de espectáculo. 

El equipo de comunicación (periodistas todos) trabaja duro para armar un dossier de prensa que resulte atractivo a medios. Ajenos al mundo de los cuentos son capaces de leer y ver el material que los artistas entregamos y sacar “chicha informativa” de ellos. 

A la hora de redactar comunicados, también hemos aprendido mucho, el lenguaje para conseguir un buen espacio en medios tiene que ser claro, conciso y atractivo.

Antes de una rueda de prensa debatimos en producción lo que queremos destacar, puntuamos los temas a tratar, remarcamos en qué “berenjenales” no nos debemos meter para que al día siguiente no salga un artículo que hable de “otra cosa”.

Hemos aprendido a ver nuestro trabajo como un espectáculo-producto a vender y todo eso sin perder nuestras miras creativas y sensibles.

 

¿Cómo se financia Atlántica? O crónica de un cambio de miras

Desde el principio hemos querido producir y financiar el Festival desde lo privado, con patrocinios de empresas y con taquillas.

Un logro fue cobrar 5 euros las entradas en bares y 10 euros en teatros, con distintas promociones. Algo que luego ha quedado instalado en la ciudad.

Con los bares sedes tenemos un convenio de que en caso de que no se venda toda la taquilla, hay un mínimo que el narrador debe cobrar y que debe asumir el local. Todos aceptaron.

Realizamos funciones individuales en bares y salas de pequeño formato (máximo de 100 butacas) y en teatros y auditorios, funciones colectivas que financian gastos comunes.

Las funciones infantiles se realizan en Museos, Bibliotecas, Centros Escolares (taquillas o funciones contratadas)  y Centros Socioculturales donde la función  es patrocinada por la Concellería de Educación.

Casi todas las empresas buscan resultados a gran escala y el mundo de los cuentos, no es el de los macro eventos. Así que toca ser creativos a la hora de propuestas para que dichas marcas tengan visibilidad si patrocinan el Festival. No les basta con carteles con su logo, así que ofrecemos, manteles individuales, posavasos, camisetas, balcones, chapas, funciones específicas…

Pese a eso, este año hemos quedado sin patrocinio.

Lo teníamos, de hecho la noche en el Teatro Principal se llama Noche Negra por la bebida que había que promocionar, pero el convenio del Ayuntamiento con los bares de la Zona Vieja para programar en los mismos, no se ha renovado, y el posible patrocinador consideró que no le convenía estar en un evento donde no podía vender su producto.

Por eso éste año recurrimos a una FILA 0 para co-financiar el Festival.

En años anteriores mantuvimos encuentros con directores de otros Festivales para intercambiar ideas sobre financiación, aciertos, fracasos. Con algunos están comenzando a germinar proyectos de diverso interés y envergadura.

Con “Un Porto de Contos”  y “Terra Incognita” (Lisboa), mantenemos una relación de intercambio artístico, con el ICPNA, el Instituto Peruano Norteamericano tenemos el patrocinio de un narrador andino y con el Centro Artúrico de Broceliande estamos sacando adelante un proyecto Europeo sobre Oralidad y Bosques, un proyecto de varios años que de ser aprobado, nos permitiría un colchón para trabajar con más tranquilidad.

Ya estamos preparando toda la documentación para presentar Atlántica a las ayudas a Festivales de AGADIC (Xunta de Galicia) ya que ahora nuestro festival tiene el mínimo de recorrido que se exige en las bases. 

No estaba en nuestros planes iniciales pedir subvenciones, pero teniendo en cuenta que ya contamos con la colaboración de Instituciones a diferentes niveles, nos parece casi natural que esa colaboración se estreche y se vuelva patrocinio.

Tal vez los vientos no soplaron muy favorables al comienzo pero ahora nuestra dorna pone proa a  Galicia, volvemos el 12 de marzo con 19 artistas, una treintena de funciones en siete días, duplicando la taquilla y ampliando a Teo y Vigo nuestras sedes.

Toda la información detallada está en nuestra web y en nuestro Facebook.

El faro de Atlántica ya enciende sus lámparas

Se puede pensar que en Finisterra termina el mundo, nosotros preferimos creer que ahí nacen todos los caminos.

Las redes ya están echadas al mar, vamos a capturar enamorados de las historias.

Como dice el poeta de Moraes

“Sento-me, mar, a ouvir-te
Te sentarias tu, mar, para escutar-me? “

 

Soledad Felloza