Pablo cuenta en castellano.
En 1994 Pablo Albo contó por primera vez cuentos de manera profesional Ese mismo día cogió el coche y empezó a hacer kilómetros. Ahora para acá, ahora para allá. Desde La Coruña a Gran Canaria, de Cáceres a Girona, pocas provincias hay que no tengan un rinconcito donde haya contado.
¡Esto es un no parar! ¡Venga kilómetros!
Hale, y ahora al avión: A Australia, nada menos ha llegado, y a Brasil y a Francia, Venezuela, Bélgica, Italia, México, Suiza, Grecia…
Menos mal que esté donde esté de vez en cuando se sonríe sin que nadie sepa por qué, se dice te imaginas que… y empieza a inventar una historia. Si le divierte, le arraiga; y si le arraiga, la sigue; y si la sigue, la persigue… Seguramente terminará por contarla a un público, con esa manera que tiene de contar, “Socarrón” le dijo un teniente de alcalde en Almendralejo. A veces como quien no quiere la cosa. “Es que no sabes lo que se inventa en el momento”, dijo sorprendida una señora de Valdemoro.
Te lleva te trae, deja que las palabras te mezan. Te salgan por donde quieran. Juega con las ellas: Que si uno de Teruel se precipitó al precipitarse por el precipicio… y se quedó muerto. Que si estaba de cuerpo presente pero se le notaba ausente…
Todo con pasión. Y sin compasión. Que lo mismo te estás riendo y de repente la cosa se pone íntima y te trae recuerdos de aquella vez que… o de cuando…
Y cercano, ah, sí, eso sí. Que parece que quisiera contarte al oído.