Puedes leer la crónica en la web de CulturaEnGuada. Incluye fotos [15 junio 2014]

Crónica -- resumen del XXIII Maratón de Cuentos de Guadalajara

 

Acaba la XXIII edición de la cita en el Infantado, con 781 cuentos contados en 46 horas y media y un reconocimiento público de la organización al sentido colectivo del evento. • Varios músicos han cumplido con la tradición de cerrar el evento cultural.


La tercera cita con más participación de la historia del Maratón de Cuentos ha cerrado este domingo con 1.293 narradores que han pasado por el Infantado para contar exactamente 781 cuentos, muchos de ellos relacionados con el agua en sus diferentes estados y formas, siguiendo el tema propuesto este año. Han sido más de 46 horas y media de Maratón.

Músicos alcarreños se han encargado de poner música al filo de las tres y media de la tarde en el zaguán del Palacio del Infantado. El tradicional cierre de la cita con la Banda de Música se ha mantenido a pesar de la inactividad de esta mediante la participación de algunos músicos voluntarios.

Un año más, apenas las autoridades municipales han respaldado esta cita que sigue sin atraer la visita del consejero de Cultura, Marcial Marín, y que muy pronto cumplirá sus bodas de plata. La organización confesaba hace un mes que está preparando la solicitud a la Unesco de la declaración como Buena Práctica.

Justo antes del tradicional cierre musical, la presidenta del Seminario de Literatura Infantil y Juvenil y exdirectora de la Biblioteca, Blanca Calvo, ha expresado en el Patio de los Leones del Infantado un agradecimiento público a cuantos dan color a la cita –ilustradores, fotógrafos, Radio Arrebato…- y especialmente ha hecho “tres reconocimientos”: al conjunto de la ciudad porque el evento es fruto de un esfuerzo colectivo; a los músicos que desde la primera edición ponen el colorín colorado –antes como Banda, ahora con una formación renovada– y en general a todos los voluntarios, aunque “casi todo el mundo es voluntario” en esta cita porque incluso gente que no está inscrita como tal colabora; y a todo “un equipo inasequible al desaliento”, la organización del Seminario.

La última hora

El Maratón iniciaba su catarata de historias el viernes a las cinco de la tarde con el cuento inaugural del alcalde, Antonio Román. Desde entonces, de foma ininterrumpida, unas historias han sucedido a otras hasta la última de ellas, una representación coral en la que los miembros del Seminario han ido explicando cómo recogían cada uno de ellos el agua y lanzando una cadena de acertijos al público que ha resistido hasta el final.

Es la mañana del domingo una jornada dedicada especialmente a un público y sobre todo unos protagonistas muy familiares. Ya durante la última hora se han visto desfilar por el escenario a algunos habituales de la cita, desde la familia de Blanca Calvo –que ha contado con su nieta de Cádiz–, hasta el periodista Óscar Cuevas y su hija Jimena o los dos cuentos cantados a capela por el Coro Novi Cantores…

Más habituales: poco antes saltaba al escenario principal el matrimonio formado por Ana Ongil y Julián de la Fuente, quien ha recibido además un ‘pin gigante’ de manos de Blanca Calvo en agradecimiento al trabajo que realizó en el proyecto del año pasado de ‘Historias de cueva en cueva’ al grabar y formar un archivo audiovisual de las narraciones.

Momentos mágicos

Han sido muchas las historias, las ilustraciones que han sido inspiradas por los cuentos, las fotografías de la Agrupación Alcarreña AFGU que muy pronto serán ‘reveladas’… Además de las conferencias para reflexionar en torno a la narración, del elevado nivel del Festival de Narración Oral, de algún disgusto –la Junta ha prohibido este año a los voluntarios celebrar su habitual cena en la Biblioteca, trasladada a otras dependencias del Infantado– y de la actividad al aire libre concentrada en los Jardines, siempre quedan algunos momentos mágicos que se alojan en la antología personal de cada espectador.

Uno de los episodios más celebrados en esta edición ya finalizaba se producía en la madrugada del sábado al domingo, cuando Miren Amuriza, que por la mañana participaba en las conferencias, salía al escenario del Infantado para improvisar versos durante media hora, junto a Joxemari Carrere, emulando el arte vasco de los ‘bertsolaris’.

Hay, también, otros momentos mágicos pero casi mínimos que suceden casi en las postrimerías de la cita, como esos bailes entre una abuela y una nieta en el patio de los Leones cuando suenan ya los últimos compases del Maratón a cargo de la Banda o cuando un lector aprovecha la presencia física junto a las columnas del reconocido escritor Julio Llamazares para confesarle su admiración y devolverle tímidamente los buenos viajes que, sin que aquel lo sepa, han compartido. De todas estas historias –de las grandes, pero también de las más pequeñas– está hecho el Maratón.