Antonio Rubio (Toledo, 1953) Es maestro y poeta. Y aunque ahora ya lo de maestro de pequeños lo ha dejado por la jubilación, sigue compartiendo sus enseñanzas ahora a los maestros, porque no pierde el gusto por compartir lo que sabe. Ama la poesía. Como dicen por ahí, es un hombre pegado a un verso. Sus libros de poesía, así como sus libros para bebé, no faltarán nunca en una biblioteca infantil ni en una sesión de narración para bebés.
Vaya por delante nuestro agradecimiento por el ratito que vamos a “robarte”. Siendo el pionero en nuestro país escribiendo para la primera infancia, no podemos dejar de hacerte una serie de preguntas y estamos ansiosas por conocer tus respuestas:
¿Por qué escribes para bebés?
Es un poco casual para quién se escribe, uno no lo descubre hasta que ha sucedido. Pero lo de dirigirme a bebés es causal. Me pidió la editora de Kalandraka que intentase hacer poesía para bebés. Me puse a darle vueltas, y me dije: para que los niños puedan interpretar los signos (leer) tengo que utilizar un código que les resulte accesible... Las palabras serán dibujos, pictogramas, que representen objetos próximos. Además, deben tener las sílabas contadas, y estar ritmadas y rimadas...
¿Qué consideraciones tomas en cuenta a la hora de escribir o ilustrar para bebés?
He de escribir versos, me digo, muy eufónicos, reiterativos, melodiosos, como las mismas rimas o nanas que la mamá les canta. Esto es, debe ser una poesía susceptible de ser cantada. Y debo servirme de las estructuras y recursos poéticos del cancionero infantil... Eso en cuanto a la construcción. En cuanto a los temas, debo averiguar lo que les interesa: animales del entorno, su forma y sus voces, luna y sol, personajes familiares, la comida, el juego, el sueño, primeros números, formas, letras, colores, juguetes, mobiliario cercano, juegos...
¿Qué te inspira a la hora de escribir?
Creo que hay que estar muy próximo al mundo de los niños. Pero no se trata de hacer un acercamiento intelectual y premeditado, que a lo mejor también sirve; pero yo prefiero acceder a su mundo desde la empatía, la observación y la proximidad... Me pongo en su lugar.
¿Cuándo elaboras un libro para bebés piensas en la figura del mediador, o sólo te centras en el bebé?
Me centro en el bebé, porque mi trabajo es intentar construirle al bebé un juguete lingüístico, verbal y visual.
6.- Hay libros para bebés que son para mirar, para leer en voz alta, para cantar, morder, jugar... ¿Para qué te gustaría que fueran tus libros o qué te gustaría que pasara cuándo un bebé se acerca a uno de ellos?
Quiero que cuando se lo presenten la mamá, el papá, la educadora, el mediador (la tribu)… el bebé, el niño, quiera dormir con él, reclame su lectura una y otra vez, otra vez, otra vez, transpire emoción mientras se lo lean, y lo convierta en su objeto de apego.
¿Qué valor le asignas a la persona adulta que media entre tu libro y el bebé? ¿Qué no te gustaría que hicieran con tu libro?
Le concedo todo el valor, porque a estos primeros libros no se accede sino con la mediación. Yo le pido al mediador que él mismo esté prendado del libro, porque sólo se pueden transmitir las emociones que se sienten, nadie da lo que no tiene. Y si al mediador no le gusta el libro, que no lo presente como objeto literario, que lo utilice como pieza de un juego de construcciones, o cualquier otro uso no lesivo...
¿Te llega reporte de lo que hacen los mediadores con tus libros y de lo que pasa con los bebés con ellos? ¿Alguna historia bonita que compartir?
Sí, me llegan muchas noticias, tengo contacto estrecho con los lectores. Me dicen: pues yo los canto así, o asá... Yo los utilizo para hacer enormes torres. Yo hago guiñol con tus libros. Yo los utilizo para saltar en el suelo con sus dibujos... Pero quizás lo más bonito que me han dicho es que con la colección “De la cuna a la luna” hemos reinventado las nanas...
Muchísimas Gracias, Antonio. Coincidimos plenamente en que “De la cuna a la luna” ha reinventado la nanas, recuperando su puesta en valor.
Plasencia, 8 de abril de 2019
Entrevista realizada por Beatriz Aguado y Carolina Barreira.
Forma parte del Boletín nº 72 (parte II) - Dar de leer. Literatura para bebés, coordinado por ellas.