Pep Bruno entrevista a Juan Madrigal

JuanMadrigal

Juan Madrigal es actor, músico y narrador oral. Una vez terminados sus estudios como licenciado en la Escuela de Artes Escéncias de la Universidad Nacional de Costa Rica en 1999 ha sido parte en diferentes elencos con la Compañía Nacional de Teatro de Costa Rica. En 1983 comienza a contar cuentos de viva voz o acompañado de su guitarra o de sus títeres. En la actualidad compagina su trabajo como narrador oral con la dirección del Festival Internacional de Cuenteros “Alajuela Ciudad Palabra” y su quehacer como gestor del Ministerio de Cultura de Costa Rica. Ha asistido a festivales en Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, España, Honduras, Panamá, Perú y Venezuela, Cuba, México, Guatemala y Panamá. Ha recibido el Premio UNICEF 1995 y el Premio Nacional de Teatro en 1999. 

 

¿Cómo fue que comenzaste a contar cuentos?

Yo quería ser veterinario, inclusive tengo un titulo de Perito Veterinario, pero en el año 1980 regresando a mi ciudad natal, luego de estudiar cuatro años en un colegio agropecuario, ingresé a un grupo juvenil en la comunidad de Las Cañas – Alajuela, el grupo realizaba proyectos sociales pero además tenía clubes de teatro, danza, deportes... entre otros; una mujes que daba catecismo en el grupo me invitó a colaborarle (obvio, la mujer me gustaba), fui y me pidió que les leyera un cuento, yo lo hice y, seguro, muy mal, entonces cerré el libro y se lo conté, fue mi primera lección: contar no es lo mismo que leer. Este fue el big bang de mi historia. Seguí yendo todos lo sábados a contar cuentos al grupo de niños, luego empezaron a llamarme de otros grupos y luego de otras comunidades y me apodaron Juan Cuentacuentos, en ese entonces en nuestro país no se conocía el arte de la narración oral como se le conoce ahora.

 

Cuando comenzaste, ¿cómo era el panorama de la narración oral en Costa Rica?

Cuando inicié en los años 80 en Alajuela no se concia la narración como el arte de contar, en la capital San José, existía un pequeño grupo de narradores orales escénicos, que había motivado Francisco Garzón en su trabajo por Latinoamérica. En cuanto a mi relación con ese grupo, no se me invitó pues lo mío era mas libre y no tan ortodoxo: yo contaba con guitarra, con titeres, con escoba o a viva voz.

 

Y en la actualidad, ¿cómo está la salud del cuento contado en tu país? 

Actualmente en Costa Rica contamos historias de manera profesional unas 10 personal. Existe un pequeño festival en San José; la Universidad de Costa Rica tiene un curso libre para estudiantes; existe un programa de radio de la universidad de Costa Rica que se llama la Niguenta que cuenta, La provincia de Alajula está más apropiada en este campo, existe la Fiesta Internacional de Cuenteros que está en su edición numero 14, además de 6 festivales nacionales, y existe una organización civil llamada Alajuela Ciudad Palabra que cuenta con la oficialidad del Ministerio de Cultura y del Gobierno Local, realiza talleres de narración para niños y adultos durante todo el año, entre otras actividades: barrios de cuentos, casas de cuentos, pícnic de cuentos, noches de cuentería (15 años; los primeros jueves de cada mes). además el gobierno local nombre oficialmente el Título de Alajuela Ciudad Palabra, y declaró el 19 de noviembre el día de Alajuela Ciudad Palabra, para la celebración.

 

Si fuera a Costa Rica a hacer “turismo cuentero” ¿qué espacios o festivales de narración no debería dejar de visitar?

Fundamental: noches de cuentos los primeros jueves de cada mes, en enero la Fiesta Internacional de Cuenteros Alajuela Ciudad de Palabra, y en junio la Muestra Nacional de Cuenteros.

 

Hablemos de tu trabajo como narrador. ¿Cómo llegas a los cuentos que eliges para contar?

Que me enamore, no que me guste, que me enamore y que entre líneas diga cosas interesante, que al público le deje qué pensar.

 

¿Cómo es el proceso de preparación de dichos cuentos?

Lento, muy lento, tal vez un cuento por año, algunos años terminan y no he conseguido ninguno. Cuando logro encontrar uno que me enamora empiezo con un trabajo intelectual tratando de saber qué quiere decir el autor, luego empiezo a llevarlo poco a poco a la narración, prueba y error, busco trabajo vocal, corporal, mapa escénico, música grabada o en vivo, ritmo...

 

En ocasiones utilizas la guitarra o los títeres para contar, ¿por qué?, ¿qué aportan al cuento?

Principalmente en el publico infantil o familiar utilizo guitarra en algunos cuentos, la música es de por sí magia para los oídos y para la atención, en cuanto a títeres solo tengo un cuento con ellos: "Los músicos de bremen", y bueno, le aporta juego, pero soy libre de usar cualquier otro elemento si creo que le aporta a la historia.

 

¿Qué beneficios para tu trabajo como narrador te aportan tus estudios teatrales?

¡Uf! Muchísimo. Yo he traído todo mi conocimiento teatral y lo he puesto al servicio de la cuentería como arte escénico, el cuerpo, la voz, el espacio vacío, la luz, mapa escénico, la impro, el estudio de texto... Todo esto para dignificar el oficio, darle y que se le dé valor. Soy un recio defensor de la dignificación de este arte, me podrán decir divo, pero no soporto cuando no se le da la importancia que merece mi trabajo serio, no cuento en bares por ejemplo, no voy a festivales que la programación se dé explotacion, exijo lo técnico de alta calidad, el espacio limpio, no celulares, en fin, soy un luchador para que se me respete y se respete el oficio de contar, quizás por eso no tengo buena imagen con algunos festivales y países, además tengo con qué reclamar, pues con modestia, de lo que conozco, dirijo uno de los mejores festivales que existen, donde se respeta al narrador y al público tanto adulto como infantil.

 

Del Juan Cuentacuentos que comenzaba a contar en 1983 al Juan Madrigal que hoy podemos ver en escena ¿qué ha cambiado? 

Amo y respeto más esta profesión, dando talleres he aprendido mucho de poner en escena una historia. he comprendido que lo primero es una muy buena historia y luego trabajar el  buen decir. Soy más exigente con la gente que me contrata y tengo menos paciencia con el público que no respeta y con los personas que se hacen llamar "cuentero" o "artistas" sin trabajo serio por detrás, me enoja la mediocridad, soy amante de la excelencia.

 

Eres director de uno de los festivales de narración oral de mayor relevancia en Centroamérica, ¿qué tal es el apoyo de las instituciones públicas o privadas para la organización de eventos de este calibre y en este ámbito nuestro del cuento contado en tu país?

No contamos con presupuesto fijo, todos los años nos damos en la tarea de buscarlo, tenemos apoyo del Gobierno Local, pero tenemos que gestionarlo año a año, igual ocurre con el Ministerio de Cultura. También recibimos grandes y pequeños apoyos de la empresa privada, pero igual lo gestionamos siempre. Pero cabe destacar que contamos con más de cien colaboradores que dividimos en comisiones, donde el compromiso y la excelencia es nuestra bandera, esto hace de Alajuela un festival diferente y una verdadera fiesta.

 

Has participado en muchos festivales internacionales, ¿cuál es tu percepción con respecto a la narración oral en el ámbito iberoamericano?

Al igual que en este país, hay buenos, hay malos y hay regulares cuenteros y cuenteras. Siempre encuentro gente que valora y que está en mi misma sintonía, pero también me encuentro "gestores" que no saben lo que hacen, realizan festivales que son un verdadero fiasco. 

 

Este artículo se publicó en el Boletín n.º 68 de AEDA – Narración oral en Costa Rica