Los días 20 y 21 de octubre del 2014 se celebraron en la UNED de Madrid las I Jornadas Internacionales sobre Mujeres, Voz y Narración Oral, Tomo la palabra, un verdadero y fructífero encuentro entre la investigación académica y algunas mujeres que narramos de viva voz.

En palabras de Marina Sanfilippo, directora de estas jornadas junto con Helena Guzmán, “cuando se habla de narración de historias y cuentos, los tópicos que inmediatamente acuden a la mente oscilan entre la abuelita entrañable que cuenta cuentos a sus nietos al amor de la lumbre para entretenerles y enseñarles cómo es la vida, y la seductora Sherezade que con sus palabras encandila al califa, intentando desactivar la sed de venganza de un paranoico.”

El punto de partida de estas jornadas era pues esta impresión de que la cuentería sería una actividad fundamentalmente femenina aunque, cuando menos en el contexto folklórico donde se reconocía el oficio de narrar como una actividad profesional, las personas que se dedicaban a narrar son (o eran) eminentemente hombres.

Hoy en día, continuando la tradición de la abuelita y de Sherezade, aunque las narradoras somos legión, la mayoría sigue a menudo susurrando en los espacios domésticos o en ámbitos públicos menos prestigiados que la escena como las escuelas o las bibliotecas, mientras que en los programas de los festivales de narración oral, la mayoría de los nombres que aparecen son masculinos. Y es que, tal y como comparto con Marina Sanfilippo, narrar una historia de viva voz  en público significa tomar la palabra, levantar la voz, ocupar el centro, ponerse bajo los focos para atraer la atención e invitar a la escucha en un acto de comunicación tremendamente íntimo con quien escucha. Todo un acto de empoderamiento.

El objetivo de este encuentro era desentrañar, si las había, algunas características de este “narrar en femenino”, si en una performance de narración oral se podían detectar diferencias significativas en cuanto a la construcción de sexo-género, a nivel de estilo, temática, género narrativo, lenguaje, vocalidad, gestualidad, interacción con el público, etc...Y para ello se contó con abordajes al tema desde enfoques múltiples: la oralidad, la literatura, la antropología, la narratología, la lingüística, la etnolingüística, los estudios de cultura popular, el psicoanálisis, la fonética… a cada cual más sugerente. Se tuvo particularmente en cuenta diferentes contextos de la narración, desde los claramente artísticos y formales hasta los más familiares e informales. Se contó con la presencia y el testimonio de varias narradoras que invitadas a repensarnos, dimos cuenta de nuestros procesos expresivos y creativos en el ejercicio de nuestra actividad artística.

Estuvimos representantes de MANO (Asociación de Narradores Orales de Madrid), de AEDA (Asociación de Profesionales de la Narración Oral en España), de ANIN (Asociació de Narradores i Narradors) y también con personas estudiosas del Instituto Vasco Etxepare y de distintas universidades y centros de investigación europeos así como recopiladoras de cuentos orales. Todo un lujo de programa. Podéis acceder a él aquí y, aunque no sea lo mismo que haber estado allí, es posible acceder a las grabaciones de las ponencias, mesas redondas e incluso a las clownclusiones y a la contada final aquí.

El primer día de las Jornadas congregó a Cristina Lavinio (Università di Cagliari) y Carme Oriol (Universitat Rovira i Virgili). Cristina Lavinio nos presentó su ponencia magistral “Narrazioni orali al femminile”. Un primer hecho destacable a mi parecer sería el sesgo de género extraído de un dato sociológico. Se sabe que había narradores profesionales en las sociedades campesinas y no sólo en las de Italia, que iban de aldea en aldea ofreciendo sus cuentos a cambio de distintas formas de retribución y todos eran hombres. La de las mujeres era una narración no profesional, que se ejercía más bien dentro de los límites del ambiente social y familiar propios. Por lo demás se refería con mucha cautela  a las diferencias en razón de género que se pueden extraer de algunos de los estudios en torno a los textos narrativos orales y tradicionales grabados y recopilados y/o transcritos en forma fiel. Se vislumbraban especificidades en los temas y géneros textuales propios de los repertorios narrativos tradicionales femeninos. Con frecuencia eran distintos los lugares de producción del cuento y eso influía en el tipo de cuentos. Historias “verdes” creadas por los hombres en las tabernas e historias maravillosas, aptas también para la infancia, inventadas por las mujeres en entornos domésticos. Analizando algunas grabaciones en vídeo, a nivel general se podía observar una mayor “teatralidad” en las narraciones de las mujeres, más dadas  que los hombres a poner voces para reproducir las palabras del discurso directo de los personajes. También se muestran, en las historias de vida, más atentas a desarrollar con exactitud la tarea y satisfacer las expectativas de quien recoge su voz. Esto es, la construcción de sexo-género parece afectar también en la recopilación de la información. Si el investigador es un hombre y la informante es una mujer, podemos sospechar de que no lo cuenta todo o no lo cuenta con la misma libertad que en su espacio y con su auditorio habitual. La mirada del investigador influye siempre sobre lo investigado y probablemente en este ámbito también: la mirada de un recopilador hombre afecta a la performance narrativa de la mujer investigada.

Por su parte, Carme Oriol (Universitat Rovira i Virgili) nos sedujo vivamente con su exposición: “Cuentos populares con protagonistas activas: la cara más desconocida de la tradición”. Carme Oriol nos hizo conocer o recordar a Jeana Jorgensen, en su artículo “Gender”, publicado en The Grenwood Encyclopedia of Folktales & Fairy Tales (2008) donde la autora sistematiza las relaciones entre los cuentos populares y los estudios de género en tres niveles de interacción: el textual, el contextual y el metatextual. Estos tres niveles orientan en su opinión, diferentes líneas de investigación, a cada cual más fascinante, como desarrolló a lo largo de su ponencia. Una de las aportaciones a mi juicio más interesantes de Carme Oriol fue la de centrar nuestra atención en las múltiples y variadas versiones que existen de un mismo cuento oral y como en ocasiones se ha privilegiado una principal sobre otras en la actualidad desconocidas o peor consideradas. ¿Qué privilegia una versión sobre las otras?  ¿En qué medida afecta la construcción de sexo-género a la hora de rescatar o transcribir una u otra versión de una misma historia?

Carme Oriol nos habló así mismo del nivel textual del análisis de los cuentos narrados de viva voz, que focaliza la atención en el contenido de los relatos. En este sentido, los estudios se dirigen al análisis de los temas, los argumentos y los personajes que intervienen en las narraciones y se centran en aspectos, como por ejemplo, la relación que existe entre los temas tratados en los cuentos y el género de sus personajes principales.

Según Holbek, a quien citaba, prácticamente todos los cuentos maravillosos tienen dos figuras principales, un héroe y una heroína. Uno de ellos es el más activo en el episodio introductorio y en el central del cuento mientras que el otro se halla inmovilizado (embrujado, transformado en un animal, encarcelado, etc.). Los cuentos en los que el héroe juega un papel activo en estos episodios y en que la heroína es pasiva son  cuentos masculinos, cuentos maravillosos de género masculino, mientras que los cuentos en que estos roles están invertidos son cuentos femeninos (Holbek 1998: 161).Holbek observa que prácticamente todos los cuentos maravillosos del catálogo internacional de Aarne/Thompson/Uther, The types of International Folktales (Uther 2004) pueden ser clasificados inequívocamente como masculinos o femeninos (Holbek 1998: 161). (ATU 366)

El nivel contextual focaliza, sin embargo, su atención en las personas que participan en el acto comunicativo que es inherente al folclore, es decir, en las personas que hacen de colectoras o de informantes de materiales folclóricos. En este caso, los estudios centrados en el nivel contextual tratan aspectos como por ejemplo: las características de los repertorios que transmiten las mujeres y los hombres; las diferencias (temáticas y estilísticas) entre estos repertorios; el posible predominio de narradores o de narradoras en determinadas culturas; la mayor o menor accesibilidad a la información según sea una mujer o un hombre quien recoja los cuentos de la tradición oral y según sea una mujer o un hombre quien los cuente; etc (Oriol 2013).

La investigación llevada a cabo por Holbek a partir de un corpus de cuentos recogidos de la tradición oral en las últimas décadas del siglo XIX y la primera del XX, demuestra que los hombres prefieren explicar cuentos masculinos mientras que los repertorios femeninos están más equilibrados. La explicación la encontraríamos en el hecho de que en la sociedad tradicional, los hombres tendrían una audiencia exclusivamente masculina (en el ejército, el trabajo, los viajes), mientras que las mujeres contarían los cuentos a una audiencia mixta (en el ámbito doméstico) (Holbek 1998: 171, 405-406).

Finalmente, el nivel metatextual está en relación con las aportaciones hechas por la crítica feminista. En este caso, los estudios van dirigidos a analizar cómo ha incidido la variable de género en las adaptaciones de cuentos o en la elaboración de versiones transgresoras que cambian los roles de los personajes situando, por ejemplo, protagonistas femeninas ejerciendo roles que tradicionalmente han sido típicamente masculinos. La crítica feminista, a menudo, ha propiciado la creación de nuevas versiones de los cuentos que han rectificado el sexismo presente en algunos de estos relatos tradicionales (Oriol 2013).

Aparte de los estudios centrados en cada uno de estos niveles (textual, contextual y metatextual), también se deben tener en cuenta las posibilidades que surgen de la interacción entre ellos. Así, por ejemplo, el libro Enchanted Maidens, Gender Relations in Spanish Folktales of Courtship and Marriage de James M. Taggart (1990) ha puesto de manifiesto que el género de los informantes modula el argumento de la narración y el rol que tienen los personajes principales de estas narraciones. Así, las versiones de un mismo cuento popular pueden resultar más feminizadas o más masculinizadas según sea el género de los narradores y de sus audiencias. En este caso, los niveles textual y contextual se entrecruzan y se condicionan (Oriol 2013).

La mañana de la primera jornada se completó con varias comunicaciones, a cada cual más inspiradora, coordinadas por Eva Estebas:

Victoria Marrero-Aguiar (UNED) habló de “La voz femenina en la narración oral. Primera aproximación acústica y perceptiva”,

Virginia Acuña (Universidade de Vigo): “Características de las historias de mujeres en la conversación coloquial”,  Montserrat Palau (Universitat Rovira i Virgili): “Estrategias discursivas en las narraciones de vida orales de las mujeres”,  Elisabetta Sarmati (Università degli Studi La Sapienza de Roma): “«Vivir es disponer de la palabra». Aportes para una lectura en clave de género de la narración oral en la obra de Carmen Martín Gaite” y María García Lorenzo (UNED): “El empoderamiento de las narradoras póstumas: el caso de “Mujeres Desesperadas”.

Mientras que por la tarde hubo un plantel de comunicaciones, a cada cual más interesante, coordinado por Helena Guzmán que nos permitió hablar, entre otras cosas, del sexismo en los cuentos tradicionales. 

Claudia Fonseca (Instituto de Estudos de Literatura Tradicional da Facultade de Ciencias Sociais e Humanas da Universidade Nova de Lisboa) realizó una magnífica exposición: “Mujeres que cuentan: la voz femenina en la narración portuguesa” ; Blanca Calvo (Fundadora del Maratón de cuentos de Guadalajara): dio cifras e interpretaciones sobre la participación de hombres y de mujeres tanto narrando como de público a lo largo de su intervención: “Narradores y narradoras en el Maratón de cuentos de Guadalajara”  y José Manuel Pedrosa (Universidad de Alcalá de Henares) nos deleitó con su estudió: “Las hijas de Sherezade: vida y literatura en la narración oral de mujer”

Después de la pausa y coordinada por Marina Sanfilippo tuvo lugar una  mesa redonda que llevaba por título: “Narradoras y construcción del personaje escénico”. Intervinimos Magdalena Labarga, Cristina Mirinda, Alicia Mohíno y yo misma. Las aportaciones de mis colegas, narradoras profesionales de este calado, me conmovieron profundamente. Todo un lujo.

La segunda jornada nos trajo por la mañana una mesa repleta de estudios clásicos, coordinada por Antonio Moreno Hernández, así José María Lucas (UNED) disertó sobre “Las sirenas odiséicas o la seducción del relato”, y Helena Guzmán (UNED): “Comed sentados en esta sala y gozad del relato: Helena de Troya toma la palabra”. En su comunicación expuso como curiosamente, en la Odisea, frente a la Ilíada, Helena de Troya adquiere un perfil claramente positivo. En el canto IV (233-264) promueve el olvido de las hazañas dolorosas que los invitados a su palacio recuerdan, y lo hace acudiendo al recurso de la palabra, de la estrategia psicológica del relato: contar una historia pasada que produzca deleite. Helena Guzmán analizó este pasaje de la Odisea en el que Helena se convierte en una sanadora por medio de la palabra.

Helena Rodríguez Somolinos (Inst. de Lenguas y Culturas del Mediterráneo y Oriente Próximo. CSIC) llegó con unas interesantes reflexiones sobre el “Espacio público y privado en la poesía femenina griega” y Rosa Pedrero (UNED) reflexionó en “La mujer como narradora de historias en la novela griega” sobre el papel de las mujeres como contadoras de historias y cantoras en la antigua Grecia. Un rol en su opinión difícil de determinar. Aventuraba como casi seguro que las madres y nodrizas debían haber tenido un papel relevante en la transmisión de los mitos griegos, pero que eran los poetas –hombres en su mayoría- quienes habían inmortalizado tales mitos.  Me resultó apasionante su aproximación a las mujeres que aparecen en las novelas antiguas contando historias y que, en muchos casos, se acercan a esta idea extendida sobre la narración oral.

Pero existen muchas narratologías diferentes y María Teresa Navarro Salazar (UNED) con gran elocuencia desgranó algunos “Aspectos de la narración femenina en óperas del siglo XIX: Aída (Verdi), Senta (Wagner), Desdémona (Rossini) y Desdémona (Verdi)”

Después de la pausa, en una mesa coordinada por  Margarita Almela Boix, pudimos escuchar a José Manuel de Prada Samper (University of Cape Town), filólogo e infatigable folclorista y acceder a parte del material oral que ha recopilado en relación a Serena Jacobs, una narradora del karro surafricano.

María Victoria Navas Sánchez-Élez (Universidad Complutense de Madrid) habló por su parte, sobre el “Reparto de papeles en la transmisión oral desde el punto de vista del género”, analizando una muestra de materiales de la literatura oral y tradicional presentes en comunidades rurales fronterizas, concretamente del área bilingüe castellano-portuguesa de Barrancos. El patrimonio cultural de dicha población portuguesa –romances, canciones, leyendas, anécdotas…– ha bebido esencialmente de fuentes españolas. Su análisis mostraba que existía un claro reparto de papeles dependiendo del género y de las circunstancias específicas en las que el acto del habla se activa. Así las canciones relativas al servicio militar estaban vehiculados por los jóvenes. Mientras que los romances, leyendas, cuentos se transmitían principalmente, por voces de mujer.

Margarita Alfaro Amieiro (Universidad Autónoma de Madrid): nos acercó a la escritora Fátima Mernissi con su comunicación: “Infancia y aprendizaje en femenino de la expresión oral”

Consuelo Pintus (Università degli Studi di Milano): “Narrazione Cantata: il caso delle donne Chitrakar come esempio di emancipazione femminile nella società indiana contemporanea”

La mesa redonda de la tarde contó con Pep Bruno, como coordinador y reunió en torno al tema de “Narradoras y repertorio” a algunas narradoras con más talento, oficio y experiencia del panorama nacional: Brigitte Arnaudiès, Estrella Escriña, Martha Escudero y Concha Real. Una plantilla de altura. Resoné profundamente con sus aportaciones, en el apasionante viaje a la búsqueda de una voz propia: ¿Qué contamos? ¿Desde dónde contamos? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cómo creamos? ¿Cómo cocinamos un repertorio? Absolutamente fascinante.

Después de la pausa todavía pudimos deleitarnos con otras comunicaciones en una mesa coordinada por Dídac Llorens Cubedo. Así, Antonio Ballesteros González (UNED) habló de la oralidad en la poesía caribeña y africana en lengua inglesa escrita por mujeres”, Ana Zamorano (UNED) rescató “La mujer guerrera de Maxine Hong Kingston”  y con ella introdujo una  reflexión sobre un concepto peculiar: la narradora multivocal.

Particularmente interesante para mí, que desarrollo también actividad en el campo de la formación, fue la comunicación de Caterina Valriu (Universitat de les Illes Balears): “Mujeres que cuentan cómo contar: manuales sobre narración oral”. La comunicación se articuló como una revisión y reflexión sobre los manuales para cuentacuentos, desde el mítico Cómo contar cuentos de Sara Cone Bryant hasta otras producciones de la actualidad. Se planteaba cuándo y dónde empezaron a surgir este tipo de libros (a finales del siglo XIX en Estados Unidos, a principios del s. XX en los países nórdicos), por qué se editaron, a qué público se dirigían (mayoritariamente narradoras vinculadas al mundo de la enseñanza y de la promoción de la lectura: maestras y bibliotecarias), quién los escribía y desde qué perspectiva. La mayoría están escritos por mujeres, entre ellas Elena Fortún. Cómo enfocan el acto de narrar y qué pautas dan para hacerlo, qué cuentos proponen (la mayoría incluyen una selección de cuentos “aptos” o adecuados para ser narrados) y si establecen una especie de canon sobre la forma de narrar y las historias narradas. El conjunto bibliográfico al que hizo referencia puede aportar coordenadas encaminadas a conocer y valorar desde una óptica diferente el papel femenino en la transmisión oral contemporánea.

Por último, Juan Pérez Andrés (UNED) disertó sobre las “Actrices que cuentan cosas. La mujer en el Teatro di Narrazione italiano”

Estas increíbles jornadas finalizaron con una sesión de cuentos coordinada por Brigitte Arnaudiès,  en la que tuvimos el lujo de participar además de la propia Brigitte,  Claudia Fonseca, Alicia Mohíno, Catalina Contecontes, Magdalena Labarga, Concha Real, Marta Escudero, Concha Real y yo misma. Fue un magnífico cierre de dos días repletos de información, de intercambio, de encuentro… Todo un lujo y un placer tomar la palabra con estas narradoras de excepción. Tomar la palabra juntas, para (re)conocernos. Tomar la palabra para dar voz a las sin voz. Tomar la palabra por nosotras y por todas nuestras compañeras.

 

Virginia Imaz