catalán

Cardedeu es un pueblo del interior de las comarcas del Norte de Barcelona, a unos 35 Km de la gran ciudad. Famoso por iniciativas tan importantes como ser pionero en tener una televisión en catalán (es anterior a TV3), por tener un tejido asociativo importante... y famoso también por una programación de cuentos estable.

La iniciativa de llevar adelante una propuesta de cuentos para adultos surgió en el año 2006 y se cubrió la temporada con una participación muy buena por parte del público. Después de un parón debido a varios motivos y después de algunos intentos de retomar una programación con garantías de continuidad, finalmente arranca una nueva temporada de cuentos para adultos en octubre del 2013, con Yoshi Hioki dentro de la programación del Festival Munt de Mots.

A partir de ahí, una vez al mes, la sala de arriba del bar “Pla de la Calma” se llena de narradores de la talla de Martha Escudero, Rubén Martínez, Patricia McGill, Isabela Méndez, Arnau Vilardebò.. y el público sigue fiel las contadas con las que se cubre la programación de esta zona de fuera del Área Metropolitana de Barcelona que, hoy por hoy, no cuenta con otra propuesta de narración oral para adultos por lo que el deseo de mantenerla y de mejorar la difusión y las condiciones en todos los aspectos están en la mente tanto de una servidora como del dueño del bar, que facilita en todo momento cualquier propuesta.

Todos los que formamos parte de este oficio sabemos muy bien que hacerse con un público escuchador de cuentos requiere de una perseverancia infinita. El tiempo y el trabajo constante dan sus frutos en muchas ocasiones, pero tambén es cierto que hay otras en las que inexplicablemente las mismas salas pueden quedar medio vacías... Pensando en cómo llegar a más personas fue fácil ver que el público adolescente y de jóvenes universitarios no acostumbra a tener en sus opciones de ocio las sesiones de cuentos y fue fácil tomar ese dato como un propósito para incluirlos de alguna forma.

Aprovechando mi trabajo como docente de lengua y literatura con alumnos de bachillerato y de Pruebas de Acceso, y aprovechando el trabajo de narración oral que siempre está presente en mis clases (no solo porque les cuento y les cuentan, sino porque desde hace años ellos tambien aprenden a contar a los más pequeños, a los abuelos... como actividad dentro del currículum de lengua), les propuse asistir a las sesiones que organizo los viernes en el “Pla de la Calma” para aprender a contar escuchando narradores profesionales.

Les gustó la idea. Para facilitar la asistencia y, también, para sentirse “invitados” a ir, creamos la tarifa joven bajo el nombre de “Butaka Jove”, que consiste en sentarse sobre una hermosa alfombra roja con cojines. La estrenamos el mes pasado con la sesión de Martha Escudero y los chavales salieron entusiasmados y con ganas de repetir.

Mientras seguimos llevando la oralidad a las aulas, invitamos a los jóvenes a asistir a las sesiones de cuentos. Se podría hacer extensiva esta “Butaka Jove” e instaurarla en otros lugares. Aprovechemos los contactos que cada uno tenga, o porque somos profesores o porque conocemos a alguno, por los hijos, por los amigos de los hijos... y tracemos puentes desde los institutos y desde las universidades hasta los locales donde contamos.

Estos días previos a la siguiente contada, algunos alumnos se acercan a decirme: “ya tengo ganas de que llegue el viernes”. Y yo me lleno de alegría porque la chispa ya está encendida. La seducción de la oralidad les ha tocado dentro y aunque ahora quizás no lo sepan, esto ya es para siempre.

Alicia Molina