En su “Alfabeto de la Animación a la Lectura”, publicado en 1999 en Educación y Biblioteca (y recuperado por Imaginaria para internet), Blanca Calvo dedica la N a la narración oral “porque a leer se puede empezar con los oídos. (...) Hay que contar cuentos en casa, en el colegio, en la biblioteca. Las historias piden más historias, y desde las palabras escuchadas es natural llegar a las páginas impresas. También Gustavo Martín Garzo en su artículo “Instrucciones para enseñar a leer a un niño” (que puedes encontrar aquí) insiste en que “los adultos deben contarle cuentos [al niño, a la niña]” porque “es importante que el futuro lector aprenda a relacionar desde el principio el mundo de la oralidad y el de la escritura.”

La narración oral se presenta, por lo tanto, como una de las estrategias estrella para animar a leer. De hecho esta cuestión ha sido determinante, desde mi punto de vista, para la revitalización del oficio de contar en nuestro país (como he comentado, por ejemplo, aquí).

También los cuentistas hemos escrito sobre este asunto de la narración oral y la animación a la lectura, traigo algunos ejemplos de los muchos que podría citar: "Contar cuentos y animación a la lectura", de Alberto Sebastián y "La narración oral y la animación lectora", de Carles García Domingo, ambos artículos en verdad muy interesantes. Aunque la gente de este colectivo también insistimos en que contar cuentos tiene valor en sí mismo (sí, además de todo lo bueno que conlleva), te animo a que leas, si no me crees, este artículo de Pablo Albo al respecto: "¿Y si contar cuentos no anima a leer?"

 

Hecho todo este preámbulo lleno de referencias, citas y enlaces, es quizás el momento de buscar datos contrastables para mostrar si contar cuentos anima o no a leer, acerca o no los libros a los niños y niñas. Es por eso que le pedimos a Alicia Orden y Carmen Serrano, a la cabeza de un equipo estupendo de bibliotecarios y bibliotecarias de Las Rozas (Madrid), que nos dieran algunos datos en este sentido*.

¿Por qué Las Rozas? Quienes contamos cuentos sabemos bien por qué: este municipio madrileño apostó de manera decidida por la narración oral en sus bibliotecas allá por 1999 y hoy, quince años después, los cuentos contados son una actividad habitual y constante. Las Rozas de Madrid entiende que la animación a la lectura es lluvia fina y perseverante.

Algunos datos sobre este municipio, las bibliotecas y los cuentos:

  • Las Rozas de Madrid cuenta con 90.390 habitantes censados, de los cuales algo más de dos tercios son adultos (66.547) y el resto se reparten en las siguientes franjas: 0-4 años (6.465), 5-9 años (7.080), 10-14 años (5.552) y 15-19 años (4.746), según datos del Padrón de 2012.
  • La biblioteca cuenta con un total de 54.897 usuarios (a 31 de diciembre de 2013), de los que 5.744 se inscribieron a lo largo de 2013.
  • En 1999 se iniciaron los espectáculos de narración oral en la Biblioteca de Las Rozas: la hora del cuento. Esta actividad se realizaría todos los viernes de octubre a junio, a las 18,00 (exactamente igual que en la actualidad).
  • En 2000 la Biblioteca de Las Matas (segunda del municipio) se sumó a este programa.
  • En abril de 2008 se inauguró la tercera biblioteca, la Leon Tolstoi, y también se incorporó a la hora del cuento.
  • Durante algunos años hubo, además, programación de espectáculos de narración oral para adultos. Pero esta actividad no ha tenido igual continuidad (de hecho en la actualidad no se celebra).

En el análisis de datos nos vamos a ceñir a la hora del cuento en las bibliotecas infantiles del municipio, teniendo en cuenta las incorporaciones de nuevos espacios (cada biblioteca nueva que se abría se ampliaba el número de sesiones al año).

Así pues, en 1999, con una única biblioteca abierta, se realizaron un total de 31 sesiones a las que asistieron un total de 2192 niños y niñas (con 1361 adultos) y se realizaron un total de 2583 préstamos. Cada viernes que había cuentos se sacaban en préstamo 83,3 libros (y otros documentos) de la biblioteca infantil. 

Se consolida esta actividad a lo largo de los años y también se va incrementando el número de préstamos en los viernes de los cuentos como puede verse en la siguiente tabla.

año nº sesiones niños niñas padres madres total asistentes préstamos media prést. por sesión
1999 31 1029 1163 433 928 3553 2583 83,3
2000 54 1625 1824 699 1529 5677 2201 40,75 
2001 58 1902 2181 752 1774 6609 4043 69,70 
2002 64 2227 2588 933 2006 7754 4537 70,89 
2003 86 2312 2876 948 2168 8304 5093 59,22 
2004 72 2176 2766 937 1980 7859 5663 78,65 
2005 55 1894 2406 942 1734 6979 7694 139,89 
2006 60 2167 2757 1098 2036 8058 9130 152,17 
2007 58 2120 2688 1011 1916 7735 9739 167,88 
2008 77 2378 2785 1064 1827 8054 14261 185,20 
2009 89 2867 3400 1556 2555 10378 21838 245,37 
2010 89 2939 3745 1606 2829 11119 21475 241,29 
2011 83 2279 2863 1489 2294 8925 18940 228,19 
2012 78 2437 2955 1532 2249 9173 18121 232,32 
2013 87 2641 3069 1521 2376 9607 19925 229,02 
                 
TOTAL 1041 32993 40066 16521 30201 119781 165243 media: 158,7 

Dejando a un lado los abrumadores datos (más de mil sesiones de cuentos, con casi 120.000 espectadores en quince años), u otros datos de gran interés (mayoría de madres y niñas en todas las sesiones frente a padres y niños) que son una invitación a la reflexión, podemos observar el incremento de media de préstamos por sesión de cuentos, que pasó de una media de 64,6 préstamos por sesión de cuentos en los tres primeros años (1999-2001) a una media de 229,81 préstamos por sesión en los tres últimos años (2011-2013), es decir, casi se cuatriplicó. A este dato hemos de añadir que en 1999 había sólo sesiones en una biblioteca (64,4 préstamos de media por viernes), y en 2000-2001, en dos (lo que significa el doble de préstamos de media por viernes: 128,8); pero actualmente cada viernes se celebran sesiones de cuentos en las tres bibliotecas, por ello la media de préstamos (según datos de los últimos tres años) en la biblioteca infantil (en la suma de sus tres sedes) cada viernes que hay cuentos contados en Las Rozas es de 686,43 libros. Es decir, el número de préstamos se ha multiplicado en estos años por más de cinco.

Claro que hay factores externos que no contemplamos y que intervienen en estos datos: que haya tres bibliotecas o que haya una es, obviamente, relevante. Pero este artículo no pretende ser un estudio exhaustivo sino mostrar datos que avalen el incremento de préstamos con la consolidación de las sesiones de cuentos en la programación cultural del municipio. Así pues, de una manera diacrónica, se observa un gran incremento en el préstamo de libros entre los primeros años de cuentos (con una media de 64,6 préstamos tras cada sesión de cuentos) y los últimos (con una media de 229,81 préstamos tras cada sesión de cuentos). Por lo tanto si el número de préstamos es un indicador de lectura podemos afirmar sin temor a equivocarnos que sí, que contar cuentos anima a leer.

Aunque quizás lo interesante sería ver la diferencia de número de préstamos en las mismas bibliotecas en un año en función de si hay o no cuentos contados ese viernes, es decir, un análisis sincrónico de los datos. Por eso le pedimos de nuevo a Alicia y Carmen que nos mandaran los datos de préstamos de 2013 diferenciando viernes con cuentos contados y viernes sin cuentos. Nos pareció especialmente relevante que el año de la muestra fuera el último de la serie pues, lógicamente, a estas alturas y tras quince años de programación continua los ususarios saben de esta actividad y cuándo hay o no prevista actuación. Y los números son también bastante reveladores: en 2013 hubo un total de 29 viernes con programación de la hora del cuento, en estos viernes se prestaron un total de 19925 documentos; hubo también un total de 20 viernes sin cuento en los que se prestaron 6408 documentos.

Los datos son bastante elocuentes: cada viernes de los cuentos de 2013 hubo un total de 687,07 préstamos en el total de las bibliotecas infantiles de Las Rozas. Y cada viernes en los que no hubo cuentos se registró un total de 320,4 préstamos. Es decir, menos de la mitad.

Por lo tanto, una vez más, si el número de préstamos es un indicador del índice de lectura, podemos afirmar que contar cuentos anima a leer. 

Pep Bruno

 

*Quiero agradecer a Carmen, Alicia y el resto de bibliotecarios y bibliotecarias de Las Rozas los datos enviados. Estoy seguro de que un elemento determinante en el incremento de asistencias a los viernes de los cuentos y de préstamos tras las sesiones es la profesionalidad y el cariño con que tratan a esta actividad. Gracias.