Vivimos tiempos sombríos, difíciles para el respeto a los Derechos Humanos y, como no, para la cultura.  

Parece que a los, y las, responsables de los presupuestos no les interesa la cultura y que con la crisis han encontrado la excusa perfecta para tratar de terminar con ella.

Quizá el problema no radica sólo en la falta de presupuesto, sino más aún en las trabas que, en los últimos tiempos, han ido prosperando y reproduciéndose como setas. Todas bien conocidas por el colectivo de Profesionales de la Cultura: la subida del IVA, el pago por adelantado de los impuestos, etc. 

Por si algo faltaba ahora, en cada ocasión que actuamos, de nuevo nos piden Certificado de Agencia Tributaria y Seguridad Social que indique que “estamos limpios”, e incluso fotocopia de las escrituras y venta de participaciones, CIF compulsado, etc., ¡¡¡Por San Bárcenas Bendito!!! Esto es como ir al Mercadona y pedirles todos estos papeles antes de que te pasen la compra por la cinta (cada vez). Dalí hubiera disfrutado en esta época surrealista.

¿Es que no escucharon la frase de Unamuno “darle cultura al pueblo y será libre”?, o quizás sí y es por eso…

Da igual, aquí estamos y estaremos. Nosotros tan acostumbrados a vivir en crisis, nos buscamos nuevas rutas; como la iniciativa popular del Teatro Moderno (Guadalajara), o como el proyecto de Animación Lectora que se lleva en un Colegio Público Rajoletes de Sant Joan (Alicante) con autores premio Lazarillo, exposiciones en bibliotecas, narradores profesionales, charlas y un maratón en el que participará toda la comunidad escolar… y tantas otras.

Cada vez más nuestro trabajo se desarrolla en islas, nos cuesta remar para llegar a ellas. Pero una vez allí encontramos a sus habitantes tan iguales a nosotros, tan inquietos, con tanta sed. Entonces bajamos de nuestros botes, hacemos nuestro trabajo y, juntos, miramos a lo que antes era tierra firme y hoy solo un río de tijeras.

La situación actual es  el cuento de nunca acabar y quien no lo pueda creer, que lo venga a ver. 

Pero aquí estamos y estaremos, hasta el día en que recuperemos lo que es nuestro, lo que es de toda la ciudadanía, de todos y todas: teatros, bibliotecas, calles y sentido común. Ellos esperaran agazapados a tener una nueva oportunidad de oro, y cuando llegue seguiremos y volveremos a las islas…

Porque estamos convencidos de que un mundo mejor es posible.

Porque nosotros sí escuchamos decir a Unamuno “darle cultura al pueblo y será libre”.

 

Mario Caballero