Foto Paula Carbonell

 

La RAE define la palabra monstruo de la siguiente manera en algunas de sus acepciones: Del lat. monstrum, con infl. de monstruoso.
Ser que presenta anomalías o desviaciones notables respecto a su especie.
Ser fantástico que causa espanto.
Cosa excesivamente grande o extraordinaria en cualquier línea.

Los monstruos forman parte de nuestro imaginario, son seres de los que huimos, seres que no queremos cerca, pero tampoco podemos dejar de escuchar lo que nos cuentan sobre ellos.

Un monstruo siempre es enemigo a batir, nadie quiere un monstruo a su lado, ni en su vida ni en sus sueños, un monstruo es de las pocas cosas que nos hace estar de acuerdo, lo queremos a ser posible enfrente, lejos, y no de frente, o no lo queremos.

Los seres monstruosos más terroríficos son los que se nos parecen; los que se transforman en personas; y esos que llamamos híbridos, que tienen algo del ser humano o casi.

Nuestra mitología y digo nuestra por universal está llena de estos seres fantásticos, en estos breves apuntes no están todos los que son, pero todos los que están son, y aunque no todas las criaturas que presento a continuación son monstruosas, todas nos inquietan, no hay nada peor que saber que están y no verlas y saberlas al acecho. Estas criaturas pueblan nuestros cuentos, alimentan nuestros miedos o nos enfrentan a ellos, son, en gran medida, la razón de ser de quienes narramos, no hay nada tan universal y, a la vez tan particular como ellas. En cada casa, en cada pueblo, en cada ciudad, en cada región, en cada cultura podemos encontrar nuestro monstruo particular que se ajustará a nuestros miedos como un guante y que logrará que agudicemos el ingenio de tal manera que seamos capaces de derrotarlos y nos creamos invencibles, porque los monstruos, las criaturas mitológicas o folclóricas no se entenderían sin los héroes y las heroínas que los acompañan. Existen para aprender a enfrentarlos y nos proporcionan la fuerza y el poder de transformarnos en aquello que deseamos aunque solo sea durante el breve momento de escuchar el relato, la historia, el mito, el cuento.

Así que nos ha parecido divertido e interesante realizar un pequeño listado con algunas de ellas. Y hemos escogido las que nos inquietan más: las que se nos parecen y que en su parecer señalan lo mejor y lo peor de los seres humanos; las que se transforman en personas, pero no lo son y dan paso al engaño; y los seres híbridos en los que nos reflejamos de manera mosntruosa.

Entre las criaturas monstruosas y/o maravillosas que se nos parecen nos encontramos con:

Enanos (seres pequeños y extraordinariamente fuertes que viven en el interior de la tierra, en montañas y cavernas) suelen aparecer en la mitología nórdica.
Destacamos a los gnomos seres muy parecidos a los enanos, pero procedentes de la tradición hebrea.

Los duendes se encuentran en todos los continentes, en América encontramos aluxes, el Uay Chup, chaneque, Tisigua, los duendes del bacín de Costa Rica, los bribis y cabécares, mgöra de Panamá o el cucumi de Cuba, el Sombrerón de Guatemala…. En Asia, concretamente en Japón los abura-sumashi (un ser extraño para la cultura occidental con cara de patata y que bebe aceite), también se encuentra el ami-kiri, o el ushi-oni (un demonio-vaca, a veces, con forma de araña) o el amikiri (un ser inofensivo con pinzas de langosta, cola de serpiente y cabeza de pájaro que se puede transformar en mascotas pequeñas). En Corea del Sur encontramos los dokkaebi (con extraordinarios poderes que se comunican con las personas). En China los mogwai (que se reproducen con el agua de lluvia) y en Filipinas el Asuang o aswang (un ser verdaderamente inquietante que secuestra caminantes o niños abandonados y que es el responsable de los dolores del parto). En toda Europa, en Castilla nos encontramos con trasgos, martinicos, diaños…, Cantabria encontramos trastolillos, busgosos, nuberos, trentis, anjanas, tronantes…, en Asturias los apabardexu (o duendes de monte).

El pueblo elfo se compone de seres mágicos y extraordinarios que viven en los bosques generalmente procedentes de la mitología nórdica y germánica (con la variante de elfos oscuros, malignos).

Gigantes y ogros (son seres de gran tamaño, a veces bobos, crueles, voraces, y/o bondadosos…) y los encontramos en casi todas las culturas. En la mitología hindú los daitias de la Atlántida. En la sumeria, está Gilgamesh, el rey o semidiós sumerio. En la tradición hebrea y cristiana aparece el gigante Goliat vencido por la astucia del pequeño David. En la mitología vasca encontramos los Jentilak y los Mairuak constructores de los Trikuharriak, dólmenes, y de los Harrespil o las Zutarri, menhires, también conocemos al gigante Olentzero o la giganta Mari Domingi, personajes imprescindibles en las fiestas del solsticio de invierno, hoy en día vinculados a las celebraciones navideñas, también está el gigante Basajaun que protege al ganado entre otros. En la mitología griega gigante significa nacido de la tierra, son seres fuertes y agresivos, los hijos de Gea. Homero nos cuenta que vivieron en la isla de Trinacia, exterminados por Eurimedonte por insolentes, a veces son mostrados como hoplitas (ciudadanos-soldados) o confundidos con los Titanes o Titánides también enormes (divinidades de la edad de oro griega).

Los cíclopes son una raza de gigantes que en la mitología griega son descritos como gigantes con un solo ojo en la frente, entre ellos destacan: Brontes, Estéropes y Arges, hijos de Urano y Gea, hermanos de los Titanes y liberados por Zeus por la ayuda que le prestaron contra sus hermanos los titanes. Homero, en la Odisea relata la historia de Polífemo, un cíclope diferente a los anteriores, pastor poco inteligente, devorador de hombres e hijo de Poseidón, que al ser vencido por Odiseo (Ulises en la versión romana) provocó la ira del dios del mar contra él y, es por ello que Ulises tardó veinte años en lograr regresar a su tierra natal. En el País Vasco, procedentes de la tradición romana (adaptada de la griega) encontramos a Tartalo, Anxo y Torto; y en Cantabria y Castilla a Ojancano (malvados todos ellos).

Los Hados, del latín fatum, se utiliza para designar a seres mágicos: elfos, gnomos y duendes. Las hadas son criaturas aladas de gran belleza, benéficas o perversas, generalmente mujeres. Parece que su origen radica en la mitología celta y centroeuropea. Las encontramos también, por supuesto, en la mitología griega. En la mitología cántabra se las llama anjanas (estas hadas, rompiendo los estereotipos, son feas y con pechos enormes) este tipo de hadas también se encuentran en Suecia. En Galicia las hadas se llaman mouras y en Asturias xanas, en Cataluña, además de fadas, se llaman gojas y en Baleares dames d’aigua (damas de agua). Destacamos el hecho de que fue Shakespeare quien hizo universal esa imagen de las hadas como criaturas juguetonas, etéreas y diminutas, que perpetuará el relato de Peter Pan de James Matthew Barrie, siendo escrupulosos en la tradición británica ese tipo de seres de denomina pixies y no hadas.

Cuando nombramos a las ninfas, no hablamos de pájaros sino de deidades menores femeninas de la mitología griega, –simplificando mucho– (solo ocuparse de ellas nos llevaría el artículo entero), que según los lugares que habitan se las denomina: Nereidas (habitan el mar), Oréades (viven en las grutas y las montañas) y Náyades (viven en el agua dulce), pero a la mayoría se las relaciona con un lugar o elemento concreto (montañas, grutas, ríos, lagunas, mares, árboles, praderas…).

La palabra orco procede del inglés antiguo y de la literatura celta, en castellano orco pasó a ser ogro, aunque tras El señor de los anillos, en nuestro imaginario, ya no es así, ya no identificamos a los ogros con los orcos. En la mitología romana, orcus es un habitante del inframundo. Los orcos son seres grotescos, desagradables, enormes, violentos, de gran fuerza, aliados del mal.

El Trol o los troles proceden de la mitología escandinava son seres sobrenaturales o mágicos, malignos y peligrosos. Hay diferencias de denominación y características según la tradición oral de cada uno de los países escandinavos, pero coincidentes en lo esencial.

Zombis (o muertos vivientes) son seres hechizados carentes de raciocinio.

Incluimos las momias porque se ha conformado toda una literatura y cinematografía fantástica convirtiéndolas en muertos vivientes, demasiadas veces sin adentrarse en la maravillosa mitología milenaria egipcia y transformando un elemento esencial de una cultura en un producto comercial carente de interés.

En la literatura moderna aparece otro tipo de muerto viviente: el lich, es un brujo que se autohechiza en busca de la inmortalidad, al igual que las momias, y, a diferencia de los zombis, los liches sí conservan todos sus recuerdos.

Vampiro, en nuestro imaginario actual, los vampiros proceden de la mitología eslava, son personas que al morir se transforman en depredadores de sangre humana, que matan y chupan la sangre para seguir viviendo, los vampiros están presentes en casi todas las civilizaciones y culturas, desde Mesopotamia y Egipto, en el folclore africano y árabe, en el judaísmo, en la India y en América. En Europa, en la mitología griega (Lamia y Empusa), en las leyendas rumanas, además en España tenemos las guaxas en Asturias, las guajonas en Cantabria y las meigas chuchonas en Galicia…

Fantasma (que en griego quiere decir aparición). Los fantasmas son espíritus o almas errantes de personas muertas que se nos aparecen y están presentes en las diferentes culturas de nuestro planeta.


Entre los seres que se transforman en formas humanas encontramos:
Las selkies (son criaturas que se quitan su piel de foca y se convierten en mujer) procedentes de la mitología islandesa, irlandesa y, con hermosas historias procedentes del folclore escocés.
Los kitsunes (son zorros que adoptan forma humana) y provienen de la mitología japonesa.
El leshi o lusovik (es un espíritu protector del bosque) y proceden de la mitología eslava.
Los hombres lobo o licántropos que aparecen en culturas de todo el mundo.

Finalmente, hablaremos de los híbridos.
Se trata de seres que tienen algo de humano en su apariencia.

Lamia en la mitología griega es una criatura femenina que se caracteriza por asustar y robar criaturas y ser una seductora terrible, frecuentemente se la asocia con figuras similares de la cultura griega (Empusa o Mormo), la hebrea (Lilith) o la maya (Xtabay), una especie de vampira chupa sangre, en el caso de Lamia con el cuerpo de serpiente y los pechos y la cabeza de mujer. En Bulgaria la lamia tiene varias cabezas que puede hacer crecer una y otra vez como la Hidra griega, al igual que ella y se alimenta también de sangre. Las lamias españolas tienen cara y cuerpo de mujer y patas palmeadas (ganso, oca, pato…) que se corresponden con las lamiak vasconavarras y las lainas aragonesas, en ocasiones son descritas también con cola de pescado o garras de algún tipo de ave.

La palabra ángel nos llega a través del latín y del griego y significa mensajero. Los ángeles son seres sobrenaturales y alados que aparecen en numerosas religiones y mitologías (principalmente en la judeocristiana) y suelen ser los intermediarios entre Dios y la humanidad. El ángel caído o demonio es aquel que al desobedecer a Dios es expulsado del Paraíso y desposeído de sus alas.

En Centroamérica, encontramos la Ciguapa, un ser mítico en forma de mujer, similar a una indígena, de estatura pequeña, pelo larguísimo del cual usa como su vestimenta y con los pies al revés y el Cipitío con características físicas de animales como patas de pollo o tener los pies al revés.

Los centauros y las centaúrides tienen cabeza, torso y brazos de humanos y las patas de caballo y proceden de la mitología griega. Una imagen poderosa de estos seres son los bajos relieves que aparecen en friso del Partenón dedicado a Atenea, que nos muestra la batalla entre los lápitas y los centauros. También está el Ipotane, una raza mitad caballo, mitad humano. El onocentauro tiene la cabeza y el torso de un hombre con las piernas y parte posterior de un burro.

Las esfinges proceden de la mitología egipcia, son criaturas con cuerpo de león y rostro de hombre (aunque también hay esfinges femeninas). Son símbolo de realeza y representan la fuerza y el poder del león, así como la vida después de la muerte, por eso aparecen como esculturas en numerosas tumbas egipcias.

La cultura griega incorpora estos seres en su mitología, pero a diferencia de la egipcia, las esfinges griegas suelen tener casi siempre aspecto femenino y son aladas. Una de las más conocidas es la esfinge de Tebas que mataba a quienes no eran capaces de resolver sus enigmas. El más famoso (en versión de Apolodoro) dice:
¿Qué ser provisto de voz es de cuatro patas, de tres y de dos?»


Y fue descifrado por Edipo con terribles consecuencias, ya que sin saberlo desposaría a su madre, pero esa es otra historia…

Sirenas, en griego antiguo seirenes, que quiere decir «las que atan y desatan», criaturas marinas pertenecientes al folclore, pero con dos representaciones muy diferentes.

En la mitología griega las sirenas son descritas como seres con rostro y busto de mujer y cuerpo de ave, similares al Ba de la mitología egipcia. Y es a estas sirenas a las que se enfrenta Ulises en la Odisea, logrando escapar tapándose los oídos y atándose al mástil de su barco, ya que las sirenas atraen a los hombres con sus cantos para luego devorarlos.
A partir del medievo en Europa se extiende el mito de la sirena como criaturas con cuerpo de mujer y cola de pez, y que, igualmente, atraen a los marineros con su canto. Andersen ya en el s. XIX se encargó de universalizar esta versión en su cuento La Sirenita.
En Oriente Medio, en Asiria, las primeras historias de sirenas (con medio cuerpo de pez) aparecen ya en el 1000 a.C (Dercetto y Atargatis).
En las islas británicas las sirenas representan presagios de mala suerte. En Gales conocemos la historia de la princesa Dahud transformada en sirena o la de Murgen.
En Irlanda las llaman merrows para diferenciarlas del híbrido con la parte superior del cuerpo en forma de pez. En Escocia es muy conocida la historia de Ceasg o doncella de las olas.
Las sirenas en China lloran perlas y tejen un material muy resistente, maravilloso y transparente.
En España, en Cantabria encontramos a la Sirenuca, una de las pocas sirenas buenas, que avisa a los marineros con su canto de la proximidad de los acantilados. En el País Vasco encontramos las tsaslaminak, que en castellano significa Lamias del mar, a diferencia de las lamias que tiene pies de oca, éstas tienen cola de pez; también hallamos a las arrainandereak (mujeres-pez). En Extremadura, las sirenas viven en los ríos y atraen con su voz a sus víctimas para después ahogarlas. En Galicia aparece otra sirena buena, Marinha, que rescató al duque Don Froilaz y con el que tuvo un hijo Xoan.
En Japón nos encontramos con el ningyo, se trata de una persona-pez, pero no es una sirena, porque al revés que éstas tienen la parte superior del cuerpo de pez.

Arpía o harpía, en griego antiguo significa que vuela y saquea son mujeres aladas procedentes de la mitología griega. A veces, la parte femenina queda reducida a solo la cabeza (y los pechos, según el caso) con el resto del cuerpo de ave. Inicialmente eran criaturas hermosas que con el tiempo se transformaron a la par que se transformaba el mito que las acompaña, las convirtieron en seres maléficos con cuerpo de ave de rapiña, un rostro de mujer horrible, orejas de oso y terribles garras afiladas, se convirtieron en seres que llevaban consigo tempestades, pestes e infortunio. Habitan fabulosos mitos como el del rey de Tracia, Fineo, Jasón y los argonautas o el de Eneas y las harpías. Las arpías son seres muy similares a las erinias.

Sátiros en la mitología griega y los faunos en la mitología romana. Son criaturas con cabeza y torso humano y la parte inferior del cuerpo de carnero y tiene pelo abundante y cuernos; los sátiros presentaban pies humanos, sin embargo, los faunos tienen pezuñas de cabra, pero el resto era igual. Viven en bosques y son seres normalmente amables y alegres. En la cultura cristiana, los faunos fueron rechazados por asociarlos con el culto al diablo por tener pies de carnero como los demonios.

El minotauro es un monstruo de la mitología griega con cabeza de toro y cuerpo de hombre. Hijo de Pasífae y el Toro de Creta, fue encerrado en un laberinto diseñado por Dédalo en la ciudad de Cnosos en la isla de Creta y se alimentaba de carne humana. El mito del minotauro, Teseo y el hilo de Ariadna es una de las historias más estremecedoras de la antigüedad que ha sido revisitada en incontables ocasiones en la literatura de todos los tiempos.

Gorgonas, diosas despiadadas y monstruos femeninos, representadas con un cinturón con serpientes, colmillos y bigotes. Entre las gorgonas encontramos a Medusa quien es capaz de petrificar con la mirada y lleva la cabeza llena de serpientes venenosas como castigo de la diosa Atenea, en segundo lugar tenemos a Esteno descrita con una boca enorme, con colmillos de marfil, alas de oro, y cola de serpiente y, por último, a la tercera de las hermanas, Euríale, capaz de matar con la voz.

Las grayas son deidades que proceden también de la mitología griega, y aparecen en el mito de Perseo. Se trata de tres hermanas (Dino, Enio y Pefredo) que nacieron viejas y con pelo cano, teniendo que compartir las tres un solo diente y un solo ojo que usaban por turnos.
Por último, tan sólo nombrar a los príncipes sapos que tantas historias fabulosas nos han brindado.

Y si quieren conocer más vengan a escucharnos.



Paula Carbonell (Lyca)

Este artículo forma parte del Boletín N.º 94 - Lo monstruoso