Cuando en Septiembre de 2018 nos reuníamos por primera vez presencialmente  los socios del proyecto de innovación del programa Erasmus + “Pics, Imagina tu Historia”  en la sede del Storytelling Center en Amsterdam, los vínculos emocionales entre nosotros eran aún incipientes.  En una misma habitación nos reuníamos unas chicas jovencísimas de Estonia, Kristi y Karolina; Irena y Marjan, dos profesores de Macedonia del Norte (que por aquel entonces aún era “simplemente” Macedonia); Diana y Raimondas, dos profesores lituanos de la Universidad SMK; Mike y Nesrien, dos investigadores de la Universidad de Amsterdam, la HvA; Arjen, Erma, Adriana,… el personal del Storytelling Center y dos de las personas más altas que he conocido jamás, los herrmanos Janssen. ¡Todos tan distintos! Pero todos con un objetivo común: diseñar una caja de herramientas, una metodología, que combinase técnicas de narración oral e imágenes y que fuese útil para narradores, trabajadores de juventud, animadores socioculturales y cualquier persona que quisiera contribuir  a establecer vínculos  entre jóvenes con diferentes orígenes, identidades o ideas y a construir una base para resolver los conflictos derivados de sus diferencias (y similitudes).

Lo primero que hicimos fue poner en común nuestros conocimientos para así trabajar de manera trasversal. Las perspectivas de profesionales de diversos campos enriquecían el proyecto. Esta fase del trabajo se materializó en un documento que hemos llamado fundamentos del proyecto. En él, además de encontrar una descripción de los entornos en los que hemos trabajado cada uno de los socios, encontraréis información muy interesante sobre los procesos grupales y las fases que un taller de este tipo debe tener presente. Para mí ha supuesto un aprendizaje muy valioso ya que complementa nuestra labor como narradores y le da una base científica al trabajo que algunos de nosotros hacemos.

En paralelo a nuestro trabajo de fundamentación, los hermanos Jansen especialistas en el lenguaje de la imagen diseñaron unos juegos de imágenes que incluían 4 tipos diferentes de fotografías que hemos denominado de la siguiente manera: las flat-pictures, las punto de vista, las postales y las fotos de prensa . Cada una de estas categorías tiene características que las diferencian y que serán útiles en el desarrollo del taller. Por otro lado, desde el Storytelling Center y desde nuestra organización diseñamos una batería de ejercicios que se testarían en la siguiente fase del proyecto.

Una vez teníamos la hipótesis y las herramientas para comprobarla se realizaron cinco casos de estudio en los diferentes países involucrados, en nuestro caso de estudio fueron  tres los talleres impartidos en Factoría Cultural, un equipamiento municipal sevillano sito en Polígono Sur (popularmente conocido como las tres mil viviendas). En estos talleres jóvenes pertenecientes a cinco institutos de Sevilla y provincia se juntaron para realizar lo que denominamos “taller de narración oral, imagina tu historia”. Cada taller de 4 horas de duración involucraba tanto a jóvenes del barrio como a jóvenes de otras zonas de la ciudad o incluso de la provincia.

Con los ajustes resultantes de las conclusiones obtenidas tras estos casos de estudio se elaboró la caja de herramientas, que comprende un manual; una serie de ejercicios agrupadas en cinco categorías: dinámica de grupo, desarrollo de la creatividad, concienciación, territorio común y evaluación; y los sets definitivos de imágenes organizadas en las categorías mencionadas anteriormente.

Este proyecto ha abierto una nueva puerta a mi trabajo como narradora en lo que en Europa algunas organizaciones denominan como “applied storytelling”, lo que viene a ser “narración oral aplicada” y ha creado fuertes vínculos emocionales con los integrantes de las otras organizaciones involucradas en el proyecto.  Espero que a vosotros también os sean útiles estas herramientas y que sirvan para construir comunidades menos polarizadas. Todo está disponible para su uso gratuito en www.pictureyourstory.eu

 

 Sonia Carmona

 

Este artículo se publicó en el Boletín n.º 85- Compartir historias, conectar comunidades