En Catalá 

Las Jornadas “Som Rondalla” nacieron de la necesidad de encontrarnos profesionales de diferentes disciplinas dedicadas al estudio y divulgación de la etnopoética, de la recopilación, el estudio y la difusión de la rondallística y de la narración oral. 

Las narradoras y narradores bebemos de las fuentes de los recopiladores y, a la vez, recopilamos historias, practicamos un arte escénica, que está cerca del teatro. Somos un punto en un universo amplio muy correlacionado. Tània Muñoz y Almudena Francés quisimos que, como mínimo una vez al año, este universo gire al unísono y nos escuchemos. 

La Biblioteca del Museu Valencià d’Etnologia nos abrió las puertas, y así lo sigue haciendo, y facilitó los medios necesarios para el desarrollo de las Jornadas. Los recursos del Museo y el trabajo y tesón de su bibliotecaria, Amparo Pons, son el anclaje de estas jornadas

Cabe destacar que el punto de partida del encuentro entre diferentes profesionales lo propició, en parte, la Biblioteca con su campaña “Espanta la Por”. Una campaña de divulgación de los monstruos de la tradición valenciana que le planta cara a Halloween. 

La Jornada tiene lugar a lo largo de un solo día de sábado en la emblemática Casa de la Beneficiència de València, sede de los museos de Etnología y Prehistoria de la Diputació de València.  

La última edición, de diciembre de 2019, estuvo dedicada a las historias de vida; desde el método biográfico y las técnicas que lo conforman hasta el arte de contar la vida de los otros a través de la narración oral, la literatura y el teatro. Con narradores orales y literarios y también dramaturgos que transforman las vidas anónimas en poderosas ficciones que, a veces, superan aquello personal para contar la historia de un lugar y de un momento. 

Despertamos con la doctora Montserrat Soronelles, de la Universitat Rovira i Virgili, quien dictó una interesante y entusiasta ponencia que nos abrió el apetito a la etnografía. Cabe destacar cómo alimentó el debate que nos ocupa a las personas que nos dedicamos a la recopilación, divulgación y transmisión de la tradición y las posibilidades de adaptación a un mundo tan cambiante, abriendo completamente las puertas a una visión dinámica de la cultura. 

Para mostrar una visión más práctica de la etnografía, la doctora Martha E. Head vino desde EEUU a contarnos la investigación que llevó a cabo en Càlig (Castelló), gracias a una beca de la Fundación Rockefeller y la Fundación Nacional de Humanidades. Durante veinticinco años, entrevistó a los vecinos y vecinas del pueblo y recogió historias de vida que comprenden el periodo entre la República y la Guerra civil. Del resultado de estas entrevistas publicó el libro Salir del silencio (Onada edicions), donde recoge historias que hablan de la miseria, las enfermedades, pero también sobre el proceso de colectivización y las pugnas políticas. 

Fue muy interesante vernos, aunque salvando las distancias temporales, como objetos exóticos de estudio para una estadounidense. Nos hizo reflexionar sobre la mirada, las muchas maneras de ver al otro y los muchos otros que cohabitamos. 

Sonia Alejo, actriz, directora y dramaturga contó un encuentro inesperado con Godofredo Villa: “Fue en 2013 y de forma casual durante un viaje a Chalon sur Saône, donde vive. Yo estaba sentada en un banco, junto al río Saône, cuando este señor se sentó a mi lado y al comprobar que yo era española empezó a contar que él había sido un niño de la Guerra civil, que huyendo del enfrentamiento acabó viviendo dos conflictos bélicos más. Cuando empezó a comunicarse conmigo llevaba 30 años sin hablar español…” Así destapó el pastel de esta pequeña historia que ella ha transformado en una premiada pieza teatral. La propuesta de Sonia es contar a través del lenguaje teatral una historia de vida: La vida inventada de Godofredo Villa.

Víctor Labrado, profesor y escritor, es prolífico en novelas de no ficción, que cuentan a través de la vida de las personas, un momento y un lugar. Ha escrito una trilogía sobre la Guerra civil partiendo de la historia de vida de los vecinos de los pueblos de la comarca valenciana de la Safor, en la cual reconstruye los momentos más duros de nuestra historia reciente. En su última novela, Veus, la mar, los protagonistas son los pescadores y ese espacio que, por acuoso, no lo consideramos parte de nuestra tierra.

Su método de trabajo se basa en las entrevistas; horas y horas de grabación sobre un mismo hecho, sobre un mismo lugar… para luego recomponer la historia con un hilo argumental y ofrecérnosla. 

Celso Fernández Sanmartín abrió la mañana con la narración sobre el día que compró su móvil, dándonos una lección magistral de cómo los detalles pequeños, cotidianos esconden las grandes historias, si las miramos con el mimo y el interés que merecen. La guinda del pastel la puso, de nuevo, Celso Fernández con sus cantos y sus cuentos, que no son más que los cantos y los cuentos de sus viejos y viejas, como él dice. Fernández, con su verbo, hizo brillar el mundo a partir de detalles ordinarios. 

Desde diferentes lugares llegamos a la conclusión que el mundo es tan sorprendente que difícilmente es superado por la ficción. Con esta premisa, el escritor, la dramaturga y el narrador nos contaron momentos cotidianos dignos de una gran superproducción. 

Hablamos largo y tendido sobre las palabras, la importancia para algunos de mantenerlas, de conservarlas tal cual las oyeron y la voluntad de otros de transformarlo todo. De cualquier manera, el mundo está lleno de historias que esperan ser vistas y contadas por aquellas personas que saben hacerlas brillar. 

Fue precioso ver que esto que podía parecer un interés particular de dos narradoras, atrae a personas de oficios dispares; filólogos, artistas, estudiantes de ciencias sociales, narradoras, maestros, bibliotecarias… y cómo a la lumbre de las sinergias que se generaron en la Jornada, aparecen nuevos proyectos, cómo el calor de aquel día sigue dando candela a nuestras cabezas y discusiones. Porque, en definitiva, el contacto con similares nos hace crecer, pero los encuentros heterogéneos generan disonancias cognitivas que nos disparan. 

Almudena Frances

Este artículo forma parte del boletín n.º 79- Antropología y narración oral