Me piden desde redes de AEDA si puedo escribir una líneas sobre cómo nació el Colectivo de Narración Oral Galega y traducir el Manifiesto del que recientemente se han hecho eco diferentes medios y que guarda relación con el programa de la Red de Bibliotecas de Galicia “Ler Conta Moito” y los problemas que su desarrollo trae consigo para la profesión.

Como, muy amablemente por mi parte, ya he enviado el manifiesto (que rápidamente pasó a la lengua mayoritaria de la Península Cris de Caldas para que los presentes puedan comprender sin esfuerzo alguno), no me extenderé más en el conflicto con la Xunta y sus programas que merman las posibilidades laborales para este humilde colectivo. Pinchen en los enlaces si lo desean:

AQUÍ pueden leer el manifiesto en Galego. 

AQUÍ pueden leer el manifiesto en Castellano. 

Aquí la noticia publicada en la revista galega de teatro Eguerreté y Aquí en el periódico Sermos Galiza.

Y como ya he ventilado uno de los temas así, a golpe de clic, me centro en el siguiente que no es otro que el de la formación del cada vez menos informal Colectivo de Narración Oral Galega.

 

Como bien saben las lectoras y lectores, y si no lo saben se lo avanzo con orgullo, Galiza es una tierra que se caracteriza por muchas cosas entre ellas el buen comer y beber, andar a los cuentos y acabar de foliada.
-¡Como la nuestra! – dirán ustedes.
-Puede ser, no soy muy viajá – les advertiré yo

Y fue así, por ese afán colectivo que profesamos a la reunión y los placeres que decidimos reunirnos el 26 de Enero en Mondoñedo para vernos las caras y poner fin a los repetidos “tenemos que quedar un día” y “había que organizar algo”.

Un grupo de narradoras y narradores decidieron crear un grupo de WhatsApp, luego hubo un par cenas organizativas (en este enlace pueden ver el menú) (adoraría que hubieseis pinchado) y ya estaba casi todo listo para irnos a pasar un fin de semana a Mondoñedo para vernos, recordarnos, ponernos caras en algunos de los casos y hablar de lo divino y de lo humano. Sin más pretensión.

Al encuentro acudieron unos 30 profesionales de la narración oral, que pueden reconocer en la foto que adjunto por cortesía de Soledad Felloza.

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 Aparecemos posando con Don Álvaro Cunqueiro ya que sabrán ustedes que en Galiza somos mucho de resucitar a los muertos, o tenerlos presentes como a una más.

En el “Encuentro de Narración Oral Galega” (al que decidimos no añadirle un I por si no había II o por desconocimiento de si había habido más) la cosa fue bien: comimos, bebimos, hicimos una pequeña asamblea, contamos, cenamos, bebimos, cantamos, contamos, dormimos, almorzamos, bebimos, hicimos una visita guiada y cada quien siguió su camino.

Pero algo había cambiado.

Confirmamos que no era la primera vez que un grupo se reunía, confirmamos que convivimos varias generaciones de profesionales y que llega una oleada de nuevas voces, confirmamos más puntos de encuentro que de desencuentro, que somos más fuertes juntas, que tenemos una identidad común y confirmamos que queríamos seguir encontrándonos las unas con las otras. En eso estamos.

A día de hoy tenemos un grupo de WhatsApp con 52 participantes, un google groups y un nuevo encuentro a la vista para seguir tejiendo las redes en Galiza de este oficio que nos lleva por los caminos del cuento y otras maravillas.

Os dejo una pieza de música que escucharé antes de bajar a los vinos. Son las Leilía cantando las palabras de Yolanda Castaño en este tema “A voz das amigas” que resuena en mi cabeza mientras busco una despedida.

Disfrutad, uníos.

Vero Rilo