Un artículo me piden

para este aedo boletín.

¡Ya podían ofrecerme

por lo menos un calcetín!

 

El plazo es generoso:

una hora y diez minutos.

¿Porqué me acuerdo de la o

y de hacerme un canuto?

 

Eso sí, te lo agradecen

siempre que sea de calidad

¡Tiempo ha que no sentía

tantísima amabilidad!

 

Por supuesto, el tema es libre

y de todo puedo hablar,

claro que sin salirme del 

Carnaval y su Oralidad.

 

Por lo visto alguien del Norte

se olvidó un pelín del Sur.

Va entonces Pep y me pide

si puedo sacar la basur. 

 

No se ofendan si no entienden

lo que acabo de decir,

que tan solo es la manera

de animarme pa seguir.

 

En enero ya por Cádiz

se prepara el Carnaval,

en julio agosto septiembre, 

también por Navidad.

 

No hay día del calendario 

sin pensar en esa fiesta.

¡Vaya panda de gandules,

no respetan ni la siesta!

 

De tantas agrupaciones

que salen por la ciudad

todas luchan por un hueco

y, ora lid, ora lid-ad.

 

Sin embargo una destaca

en el arte del cuentero.

Solitario o en pareja

se le nombra Romancero.

 

Estrofas de cuatro versos, 

los versos de arte menor,

la rima es consonántica

y el cachondeo, al por mayor.

 

No les basta con decirlas,

las tienen que insinuar,

la mayor parte en la calle,

algunas veces en el bar

 

Unas viñetas que adornan 

lo que llaman el Cartelón

sirven de apoyo a la historia

como un netflix de cartón.

 

Al Cartelón se le golpea

entre estrofas con un palo.

Así se marca el ritmo,

¡no es que el dibujo sea malo!

 

El tema siempre es libre,

no como en los boletines.

Tan solo hay una premisa

y es que te descataplines.

 

Contar historias rimadas

es lo que hace el romancero.

Total..., si fueran dólares

contaría por dinero.

 

Hay un momento mágico

que se vive en carnaval

y es cuando alguien grita:

¡Señores, venga...! ¡Amoscuchá!

 

Y entonces el milagro:

nadie mueve un dedo,

nadie siquiera estornuda

ni se tira.... a un aedo.

 

Cuando el romance se inicia

el público se relaja;

no solamente sus rostros,

también sus partes bajas.

 

Es como si de repente

todo su ser escuchara

inmerso en caldo primordial

que también es de cuchara.

 

Me imagino que les suena,

que alguna vez lo han sentido.

Ustedes son de palabra,

de palabra y de gemido.

 

Hasta aquí mi breve aporte, 

ya habrá tiempo para ahondar.

En enero no son horas,

que ya irrumpe el Carnaval.

 

Mas si eres de los que sienten

algún picor, curiosidad,

puedes rascarte en youtube

o en tu santa intimidad.

Pepe Maestro

 

Este artículo se publicó en el Boletín n.º 70 – Carnaval y narración oral