"Borrón y cuento nuevo" somos Nieves Pérez y Dani Borrón (Dani Muñoz). Contamos juntos porque nos gusta, lo pasamos muy bien.
Este razonamiento tan simple es la base de nuestra relación. Y es que nos gustan las cosas sencillas. Más que un grupo o dúo, nos consideramos dos narradores que comparten sesiones. Nos encanta contarnos y escucharnos (en todos los aspectos de la vida). De ahí surge la complicidad, el juego y, como consecuencia, el grupo.
Si algo define a "Borrón y cuento nuevo" es el contraste. Somos dos personas (una “NO” tan joven y la otra menos todavía) de mundos totalmente distintos.
Resumiendo (muy resumido): Nieves es más de letras y Dani, más de imagen. Esto es motivo de constantes debates internos, y todas las decisiones tomadas siempre surgen de un trabajo previo contrastado. Vamos, que somos tan cabezotas que, para llegar a un acuerdo, tenemos que verlo claro los dos. Ayuda mucho que ninguno pone en juego la relación personal (que no profesional) en los debates.
La confianza nos proporciona una libertad que nos permite cuestionarnos todo, incluso si seguir juntos, pero hasta ahora, esa libertad, nos ha reafirmado. Esa confianza es lo que nos da la posibilidad de evolucionar como grupo y como narradores individuales.
Respetamos la evolución del otro (la voz propia), siempre buscando sumar, nunca restar. Esto ha hecho que después de 20 años juntos (comenzamos en 1997) sigamos manteniendo nuestros estilos y mundos individuales muy marcados.
Estas voces tan distintas tienen la ventaja de que siempre hay una mirada objetiva (bueno, lo intentamos) y variada en lo que hacemos, uno ve al otro y esto favorece la crítica, imprescindible para avanzar, y permite dos puntos de vista sobre las historias y maneras de contarlas. Al ser dos, los momentos creativos que cada uno tiene por separado, movilizan al otro, por lo que podríamos decir, son dobles. También nos posibilita la compensación de los momentos menos creativos, nos podemos apoyar el uno en el otro.
Al ser tan diferentes nos cuesta encontrar historias a dos voces, pero cuando las encontramos, resulta mágico, ahí sentimos que nos complementamos plenamente y eso es lo que buscamos. Todas las historias compartidas surgen del placer y la necesidad, la necesidad de contarlas juntos, no por la obligación de ser un grupo.
Para nosotros contar es un diálogo con el público, y al contar a dos voces se convierte en un diálogo a tres, lo que favorece la improvisación y la percepción, nos permite escuchar al público. Estas conversaciones son complicadas, pero cuando la complicidad surge, todo se hace sencillo.
A la hora de trabajar las historias, hacemos un trabajo individual de búsqueda y otro en común de exposición y coordinación. Y no es raro ver una sesión dónde no contamos simultáneamente en el escenario, pero la complicidad sigue estando. Pensamos que es algo más que una sesión compartida.
El viajar juntos lo vivimos como una gran ventaja, es un espacio que aprovechamos para compartir ideas, pulir sesiones... en muchas ocasiones ocurre que realizamos verdaderas tertulias sobre distintos temas relacionados, no solo, con la profesión.
Encantados, seguimos caminado juntos en el mundo de la narración oral, y sobre todo, en la vida.