SONIDO O RRRRUIDOOOO

El buen sonido en una sesión de narración no es importante, es fundamental. Y depende de muchos factores conseguir una inteligibilidad idónea para que no se convierta en ruido. En primer lugar, está tu voz: clara, bien apoyada, correctamente modulada y emitida a un volumen adecuado al auditorio. Ni más ni menos volumen.

Si tu voz no basta por sí sola, habrá que amplificarla. Lo ideal sería que no se note que está amplificada, que el micrófono sea lo más discreto posible para que no distraiga la atención. Si un micrófono de solapa recoge lo suficiente, será la mejor opción, pero ten en cuenta que, si el micrófono es direccional, deberá estar a un palmo de la boca y dirigido hacia arriba y evitar el ruido de roce con ropa suelta o con un collar. Si tienes que usar una diadema, que sea lo más discreta posible y que no te tape la boca. El ruido de los pendientes sonajero y las diademas no se llevan bien.

Ajusta la ganancia del micrófono para que no se sature en los momentos en los que emitas a más volumen. El ruido de distorsión es muy desagradable. Asegúrate de que emisor y receptor estén en el mismo canal, con batería suficiente y el squelch ajustado para que no haya ruido de interferencias cuando apagues el emisor.

Un micrófono de mano suena muy bien pero te tapará la boca y, si está en un soporte, te limitará el movimiento.

El volumen de amplificación también será el justo para que se te entienda cómodamente sin que se note la amplificación.

Y la ecualización tendrá que resultar agradable, trata de conseguir un sonido fiel a tu voz. Si te pasas de agudos, tendrás excesivos siseos. Si te quedas corto, sonará sin brillo. Si tiene muchos medios, tu voz sonará a lata y, si tiene pocos, sonará hueca. Con muchos graves retumbará en exceso y con pocos le faltará cuerpo. Pero la acústica de la sala puede realzar mucho unas frecuencias determinadas y quizá tengas demasiado ruido reverberante. Entonces tendrás que bajar esas frecuencias en la ecualización. Si la sala tiene mucha reverberación, tratarás de usar la mínima amplificación posible y colocarás los altavoces muy cerca del público. Ayudará, sin duda, colocar elementos absorbentes de sonido (muebles, colchonetas, cortinas pesadas, alfombras…).

Y siempre que puedas, trata de contar un cuento al oído y en voz bajita. Es lo mejor.
 
 
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