De raíz latina amator, el que ama. Voz que viene del francés y se traduce al español por aficionado, literalmente en contraposición a profesional. Por lo tanto podemos concluir que en referencia a la narración oral  será:

Persona no profesional que ama la narración oral y tiene como afición contar cuentos, o viceversa. En otro orden de cosas podemos añadir que esta afición puede ser de ámbito público o privado dependiendo del público al que se dirige. La persona amateur no tiene las obligaciones del profesional; armar sesiones, renovar repertorio, pago de tasas, impuestos u otros gastos derivados de la actividad de narrar. Tampoco goza de recompensas económicas por el hecho de narrar historias.

 

Mario Caballero