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El festival EVA, En Veu Alta (En Voz Alta) se viene celebrando desde 2005 en la comarca del l’Alt Penedès, es por lo tanto un festival comarcal en el que participan hasta nueve municipios y en el que se celebran entre 25 y 40 espectáculos de narración, en su mayoría para público adulto, aunque en las últimas tres temporadas también se ha dado cabida al público infantil. En 2010 se unió un emplazamiento nuevo: Pradell de la Teixeta (Priorat), que este año ha cumplido 8 años. Ambos certámenes se organizan en el mes de junio y julio. En 2016 se añadió Gurb (Osona), en formato ciclo, con espectáculos a lo largo de todo el año. Y, este 2017, se suma el Monasterio de San Lorenzo de Guardiola de Berguedà. Este 2017 el Festival En Voz Alta ha entrado a formar parte como Festival estratégico de la Diputación de Barcelona. 

Por todo esto se puede afirmar que el EVA, más que un festival, es una familia de festivales.

El EVA es un festival con un formato original y una especialización contrastada que busca difundir la narración, la tradición oral y la fuerza de la palabra. Recoge las tradiciones y costumbres de los lugares donde se realiza, pero sin olvidar nunca los de otros rincones del mundo, siempre con un importante contenido tradicional e histórico que forma parte de la memoria y el patrimonio. La singularidad de la temática de los espectáculos implica también una localización especial: espacios únicos, que transmitan emociones y sensaciones de por sí.

En 1992 se celebró el primer Maratón de Cuentos de Guadalajara, un evento que ha sido y es determinante para comprender el resurgimiento de nuestro oficio en estas últimas décadas. Varias circunstancias tuvieron que suceder para que esta fiesta de la palabra naciera y se consolidara. 

Del origen del Maratón de Cuentos de Guadalajara

En primer lugar, y mucho antes de que la idea del Maratón de Cuentos se hiciera carne (o palabra), hemos de hablar del nacimiento del Seminario de Literatura Infantil y Juvenil de Guadalajara (SLIJGu a partir de ahora), un seminario en el que maestros, maestras y bibliotecarias se empeñaron desde principios de los años ochenta del pasado siglo en difundir la buena nueva de la Literatura Infantil y Juvenil y en animar a sus alumnos y alumnas para que leyeran más y mejor. Este seminario de literatura publicó la revista ¡Atiza! (38 números entre 1982-1993) y organizó las primeras jornadas nacionales de animación a la lectura y en ellas (hablamos del curso 1985) la narración oral tuvo una presencia relevante con pioneros en este oficio de la palabra como Pep Durán, Paco Abril, Federico Martín Nebras, Estrella Ortiz, etc. Como puede observarse, desde el primer momento la narración oral fue considerada como una de las estrategias estrellas para animar a leer.

Estas jornadas se fueron sucediendo a lo largo de los años (hasta 1994, un total de nueve encuentros dice la web del SLIJGu, pero hubo unos cuantos años más en los que el encuentro algo más diluido y el maratón convivieron, hasta completar trece encuentros, si no me equivoco) mientras, poco a poco, se iba difundiendo la noticia de la revitalización de la palabra dicha, cada vez más demandada en escuelas, bibliotecas y eventos vinculados al libro y la lectura.

Hay ocasiones en que la vida hace coincidir personas, intereses, necesidades e ilusiones. Cuando además alguna de las personas implicadas tiene la entrega, la generosidad y la convicción suficientes, es seguro que algún proyecto interesante cobra vida y se convierte en una experiencia inolvidable y enriquecedora. 

Algo así nos ocurrió con Ilda Fava, una actriz y directora de teatro argentina que tuvo que huir de su país a causa de la feroz represión de la dictadura. Hubo de abandonar familia y amigos pero supo seguir creciendo, crear más familia y más amigos a este lado del océano y continuar dedicándose a su profesión, que era una de sus pasiones. Después de varias escalas en España de mayor o menor duración, llegó a Jaén, donde también desarrolló su actividad como actriz y directora teatral y fue la promotora de varios grupos y talleres de teatro. Su preocupación por la expresión dramática y la necesidad de su revitalización en el curriculum escolar la llevó a conectar con personas del mundo de la educación con intereses comunes, docentes del ámbito de los movimientos de renovación pedagógica que tratábamos de incorporar a nuestra labor educativa los beneficios de la expresión artística.

Ya nos conocíamos de otras batallas, pero este nuevo impulso nos iba a hacer llegar un poco más lejos. Pronto nos dotamos de una estructura organizativa que nos facilitara la tarea a la que habíamos decidido dedicarnos, una asociación a favor de la expresión artística que ofreciera oportunidades de formación tanto en lo dramático como en lo plástico, lo musical… De esta manera surge Malión en el año 1995 y comenzamos a preparar y llevar a cabo encuentros, jornadas y cursos, con temáticas propias de la escuela y la formación artística que poco a poco fueron focalizándose en el folclore y la literatura de tradición oral, en el arte reinventado de los cuentos contados y la literatura infantil y juvenil. Conocimos a Simsalabim (Juan Ignacio Pérez Palomares y Ana Mª Martínez) y a Antonio Rodríguez Almodóvar, a Pepepérez y a Garzón Céspedes.