Puedes leer el artículo en la web de CulturaEnGuada, incluye fotografías. [27 octubre 2013]

  

La experimentada narradora Estrella Ortiz cierra el ciclo de otoño de ‘En la puñetera calle’ con el que la Asociación de Amigos del Moderno exige la reapertura del teatro. • Los pájaros han protagonizado una sesión con poesía, musicalidad, juegos de palabras y mucha fantasía.

Si se fijan, un libro volcado boca abajo tiene forma de pájaro. Al menos, las tapas se doblan de la misma forma que las alas en pleno vuelo. También las palabras vuelan, sobre todo las de los cuentacuentos, que escriben sus historias en el aire. Y es allí, en el cielo, donde pueden dar forma a los sueños: reabrir un teatro, por ejemplo.

De animales con alas ha ido la sesión de cuentacuentos que Estrella Ortiz ha escogido para el cierre del ciclo ‘En la puñetera calle’ de Amigos del Moderno (con que exige la reapertura del céntrico teatro), que ha sido precisamente la misma que representó precisamente en este mismo escenario de la ciudad cuando actuó por última vez sobre sus tablas, antes de que cerrase. Ha hecho así un guiño a la causa para la que se ha prestado. No están faltando los narradores a estas citas reivindicativas en las que ya han pasado el también alcarreño Pep Bruno, la invitada canaria Begoña Perera y un grupo de casi veinte narradores convocados por AEDA en un maratón reivindicativo en primavera.

La sesión de este domingo ha cerrado además el ciclo de otoño a las puertas del teatro, precedida las semanas anteriores de las actuaciones de Payapeutas y Los Hermanos Parcela. La asociación tiene previsto celebrar una asamblea general el día 15 para decidir qué acciones llevar a cabo mientras el teatro siga cerrado y pendiente del acuerdo de cesión de la Junta (su propietaria) al Ayuntamiento, anunciado pero aún no concretado.

Poesía y música, trabalenguas y papiroflexia

La narradora guadalajareña, convertida de nuevo en su veterano personaje la Bruja Rotundifolia, con un pendiente de murciélago en la oreja derecha, su pelo teñido de fucsia y un montón de colgajos de colores a modo de collar de fantasía, ha levantado el vuelo de esta sesión con un cuento sobre un pato que va en coche. Ha sido un cuento con cuatro versiones: una primera muda, exclusivamente con mímica, porque era “un cuento sin boca”; otra más “con boca”; y una repetición de cada una de ellas con la colaboración del público, primero con voz, luego sólo con gestos. Se ha metido a los niños en el bolsillo desde el primer minuto.

A partir de ahí, y durante tres cuartos de hora, Estrella Ortiz ha demostrado que tiene mucho cuento a sus espaldas. Como es habitual en sus sesiones infantiles, ha mezclado música, poesía, adivinanzas, trabalenguas y papiroflexia. Más de 150 espectadores han tenido noticia también de los originales inventos de Rotundifolia, como un libro verde por fuera y blanco por dentro que ofrece múltiples lecturas, un timbrófono, una flauta para conversar con los cucos o un álbum que despliega mil posibilidades, todas ellas relacionadas con aves.

Porque sobre todo ha habido pájaros. Un trepador azul que trepa y destrepa a lo largo del tronco de un árbol, una gaviota de papel, un pájaro enorme de alas moradas como de pavo real, palomas y gorriones de vuelo peregrino junto a mirlos negros que han reivindicado más protagonismo... Y, aunque ha habido también un bonito cuento sobre las hojas de otoño, al final la dulce Rotundifolia ha vuelto a hablar de alas, esta vez de mariposa. Y así ha terminado, tras enseñar a todos a hacer un dibujo en el aire con un pincel invisible: “Y a otra cosa mariposa”, ha sentenciado.

Para esto sirven también los cuentos: para llenarnos de pájaros la cabeza.