“El cuento español contemporáneo se acerca a su madurez. Se publican más libros de relatos que nunca y los escritores españoles trabajan cada vez más y mejor el cuento, un género literario que pide ser descubierto y disfrutado por un lector atento y sin prejuicios.”
Sergi Bellver

Si tuvieras la oportunidad de tener delante al autor de uno de los cuentos que cuentas, ¿qué le preguntarías?, ¿qué le dirías?

Cuando un escritor crea un relato lo hace pensando en un lector que lo leerá, con toda probabilidad, en silencio y en soledad. Cuando un narrador descubre ese texto y lo cuenta, lo hace de viva voz y para un grupo de oyentes.

Mientras contamos las aventuras y desventuras de los protagonistas, describimos lugares, dilatamos silencios y regalamos adjetivos, los narradores somos testigos directos de las caras, de los ojos, de las sonrisas y hasta de los comentarios que el público expresa. Estamos frente a ellos con luz suficiente en la sala precisamente para observar su emoción, su reacción. 

Al terminar, cuántas veces nos habremos quedado con las ganas de levantar el teléfono (por poner un ejemplo) y decir “Hola, no me conoces, pero acabo de contar un cuento tuyo y me han comentado…”. En esta frase están las tres razones de este boletín. 

Hay dos momentos fundamentales en mi vida como narradora, uno tiene que ver con el primer cuento que elegí para contar «Centilia y el universo inmóvil» de Joan Manuel Gisbert, otro, con Mario Benedetti, el autor al que más he contado. A Gisbert nunca le he formulado estas cuestiones en persona, pero a Benedetti, la primera vez que estuve sentada frente a él, no me pude resistir (bueno, fue solo una o dos preguntas que yo era muy joven por entonces).

El deseo, casi la necesidad, de conversar con los autores de los relatos que elijo para contar siempre ha estado presente, no solo para dar explicaciones de por qué este y no otro texto, del tono, del punto de vista o de las adaptaciones necesarias para oralizar lo escrito sin que la historia pierda la esencia, si no para, sobre todo, referirle, confesarle, casi para cotillear qué sucede en las aulas, en las bibliotecas y en los teatros cuando se escucha su obra.

Y si me pasaba a mí, también les pasaría a otros compañeros de profesión, ¿no? El ciclo «Los que escriben y los que cuentan, encuentro de narradores» es una excusa para plantear todos estos temas y hacer confidencias con tiempo suficiente y buena compañía. Además, por supuesto, de hablar de nuestro oficio.

En estos años he tenido el placer de conocer en persona a muchos escritores, ahora los he asaltado con preguntas virtuales con la intención de aproximar un poco más un oficio al otro, de ahondar acerca de cómo nos ven los que escriben a los que contamos. Con su colaboración mantienen vivo el contacto, la comunicación y un diálogo de saberes cada vez más necesario entre los artífices de una misma historia, escritores y narradores, escritoras y narradoras.

Este boletín también me ha servido de excusa para llamar a la puerta de otros escritores a los que todavía no conocía. Desde aquí, de nuevo, les quiero dar las gracias a todos por su tiempo y generosidad. ¡Qué suerte la mía! 

Distintas miradas que también son distintas formas de ver el arte de contar cuentos y a quienes contamos lo que ellos escriben. Encontraréis diez preguntas y, debajo de cada una de ellas, las respuestas de autores que:

  • escriben relatos para adultos
  • solo escriben para niños y jóvenes
  • además, cuentan
  • folkloristas

Carles Cano, Carlos Castán, Paula Carballeira, Joan Manuel Gisbert, Hipólito G. Navarro, Fernando Iwasaki, Clara Obligado, Pedro Olalla, José Ovejero, José Manuel de Prada, Benjamín Prado, Antonio Rubio y Marta Sanz han contestado a las preguntas que tenéis a continuación. 

Puedes leer todas seguidas en este enlace, o puedes accederi directamente a cada una de ellas pinchando sobre ellas.

Pasen y disfruten.

Y si además de leer y disfrutar de estas reflexiones tenéis ganas de escuchar cuentos, no dejéis de asomaros a la agenda de nuestra web.

Saludos

 

El Boletín n.º 58 de AEDA ha sido coordinado por Raquel López Cascales