Propuse a varios narradores y narradoras que respondieran a la pregunta:

¿CUÁL ES LA POÉTICA DE TU TRABAJO?

Podían responder con palabras, con una música, una imagen... en un texto breve. 

Me pareció una pregunta-juego bonita. ¿Y difícil?

Antes de meter a los demás en un lío, la contesté yo:

 

CRISTINA VERBENA 

Para mí la poética es la forma en la que miro una historia cuando decido narrarla. El modo en el que miro el mundo. Mi poética está hecha de asombro, no tengo soluciones que mostrar. Tengo perplejidades, gente extraña que cambia el mundo sin previo aviso por su forma de vivir. Tengo cosas, gestos que, para mí, son hermosos. Por eso los quiero mostrar. 

 

NICOLÁS BUENAVENTURA 

Para empezar quiero decir que, en esta respuesta, entiendo la poética como aquel nivel en el que la obra: el cuento, el espectáculo, el escrito, el poema… piensa, indaga, cuestiona el lenguaje, la materia de la que está hecha. 

En ese sentido busco en mis espectáculos y encuentro que en la mayoría, el centro está puesto en alguien que relata y en un cuento que contiene otros cuentos. Así, en Cuentos para mujeres se trata de una lengua secreta, la lengua de las mujeres que mantiene viva, con cuentos, una lengua olvidada: la lengua de los hombres. En Amaranta Porqué una niña rota, desvertebrada por un sinfín de preguntas encuentra a un genio que le cuenta las historias que la reconstruyen y que le van a permitir reconstruir a su madre, a su padre rotos, desvertebrados por un sinfín de ocupaciones. En La palabra todo gira alrededor de un “mi abuelo” que a cada uno le inventaba verdades a su medida. En La guerra de los Cuervos y los Búhos, Juan Cuentalavida, contando hace de la palabra y de los relatos el arma más peligrosa. En Los cuentos del Espíritu, el misterioso Espíritu cuenta cuentos y propone enigmas “para pensar y para amar mejor”. En Mitos de creación: “En el principio no había nada tan solo el vacío…”, aquel vacío se llena de pensamientos que estallan en palabras, palabras que crean el mundo. En Dar a luz un cuentero cuenta para parir, para nacer y volver a nacer, para que podamos parir, nacer y volver a nacer… Por ese camino, hoy, me arriesgaría a decir que si poética hay en mi trabajo se la podría encontrar en ese hablar de nosotros, seres humanos, en tanto palabras. En esa necesidad de contar aquella dimensión en la que somos verbos que se conjugan y actúan, sustantivos que se nombran, adjetivos que se perciben… Contar desde ese lugar en el que cada uno es un relato y en el que contar es vivir.

 

DOMINGO CHINCHILLA

La poética, si es que existe, la tomo de la realidad, si es que hay algo real. De los barrios y lugares donde he vivido y sigo viviendo y aprendiendo. De conversaciones robadas en barras de bar y en colas de supermercados. De las vidas de personas y personajes que me he encontrado en el camino. De las combinaciones imposibles que la existencia nos regala. De la salud y la enfermedad. En la vida está todo, lo demás son palabras.

 

CELSO FERNÁNDEZ SANMARTÍN

 

ALBERTO SEBASTIÁN 

¿Cuál es la poética de mi trabajo?

No la pongo yo.

La ponen las historias que cuento.

La ponen los comentarios espontáneos de los niños (siempre infinitamente superiores a los de los adultos, que generalmente padecemos una galopante esclerosis poética).

Y sus caras.

La carcajada de algún abuelo también.

O cuando al acabar, una se me acercó y me dijo "ese cuento me lo contaba mi abuelo cuando era niña, no lo había vuelto a oír", y sus ojos me daban las gracias.

No la pongo yo.

Es el material con que trabajo. Otros lo ponen.

 

NOEMÍ CABALLER

Algo de la "poética" de mi trabajo tiene que ver con las "escucha", la escucha en el sentido más amplio de la palabra. 

Siento que cuando cuento tengo que escucharlo todo, escuchar las nubes, el viento, los claveles, escuchar la fruta fresca, escuchar los pregones, las campanas, el fluir lento del agua en los caños de la fuente de la plaza, escuchar el asombro del que mira, escuchar como quien sigue un mapa, escuchar la memoria, las rodadas que van dejando otros en mi espalda, escuchar con las manos, con los ojos, con los pies, con las rodillas, escuchar los amarillos, los violetas, escuchar a lo Girondo, en fin, que es escucharlo todo.

 

ANA MARÍA BOVO

"Desde hace tiempo pongo la mirada en descubrimientos cotidianos. En la poética de mi trabajo influye la frase de Van Gogh en una carta dirigida a su hermano: "Encuentra bello todo lo que puedas". Dado que para muestra basta un botón, les dejo a mano un brevísimo relato acerca de todo lo que acontece en el silencio del estante y del instante.”

 

PAULA CARBALLEIRA

Testarudez. Pequeña reflexión después de haber pensado durante mucho tiempo que no había bicho más tonto que las mariposas nocturnas por abalanzarse contra las bombillas

Las mariposas nocturnas le tienen un miedo terrible a la oscuridad

Por eso prefieren morir buscando una luz

Que ahuyente sus fantasmas

(Me siento totalmente identificada)

 

MAGDA LABARGA

La alegría de hacer lo que sé.

La alegría de hacer lo que no sé. 

La alegría. 

 

CAROLINA RUEDA

Mi poética es un cocodrilo que huye, siempre alcanzo a verle la cola, la velocidad mastodóntica que aterra,  lo escucho mientras estoy en otra habitación; no lo busco, pero por ahí él a mí sí; busco de dónde vino el ruido, siento el peso de su sangre fría; cuando llego ya no está. Somos en distintas dimensiones, nos presentimos por necesidad, con urgencia, por ilusión; la cara vista, su mirada recelosa; nuestro encuentro es un silencio y una cosa por decir. Es monstruosa y viva, peligrosa y presa, es como una pista, como un crimen por realizar, un homenaje, una entrega, un espejo y un río.

 

CHARO JAULAR. 

Todo comienza pidiendo permiso al cuento y a mi ser, entonces siento el latir de ambos y siento, como  el  aliento se contiene y  quedo suspendida unos centímetros del  mundo, durante unos instantes… y entonces sucede, me sumerjo en un inmenso mar de emociones… y cuando todas estas sensaciones suceden al bailar juntos la historia, entonces la palabra felicidad, tiene sentido.

Cristina Verbena