Disposición (del espacio)

La disposición del espacio de narración es la relación entre los aspectos físicos y simbólicos que componen el lugar donde se realiza un espectáculo de narración oral. Distingo tres aspectos significativos: la arquitectura del espacio, el poder simbólico del espacio y la distribución del espacio

La arquitectura del espacio y sus características formales nos permiten distinguir la función de un espacio como, por ejemplo, una nave industrial, un gran teatro, una biblioteca, un gimnasio o una sala de estar. Las diferencias de estos espacios crean condiciones acústicas y espaciales que determinan la calidad de percepción, de complicidad y de intimidad con el público.

El poder simbólico del espacio está determinado por la utilidad intrínseca del lugar, de tal manera que nunca será lo mismo narrar cuentos eróticos en una taberna, en una iglesia, en una prisión o en un museo de arte contemporáneo. El poder simbólico, sin ser una característica física de un espacio, puede cambiar por completo la percepción de la narración. Si un narrador cuenta una historia completamente incoherente en una taberna será un fracaso, mientras que en una sala de teatro contemporáneo quizás se lleve una ovación. 

La distribución del espacio determina la relación espacial entre el público y el narrador, es decir, aquellos aspectos como la disposición y orientación de las butacas, la ubicación y altura de la escena, la distancia entre espectador y narrador, los ángulos de visión y la gestión de la luz entre otros. La distribución del espacio es de gran importancia, en primer lugar porque es el único de los tres aspectos que el narrador puede modificar, y en segundo lugar porque su correcta gestión puede contrarrestar los problemas que pudieran presentar el poder simbólico y la arquitectura del espacio. Poner las sillas en semicírculo, narrar en un lateral de la iglesia y no en el altar o buscar la esquina de una nave industrial donde la acústica es más agradable, puede cambiar la calidad de la narración de manera considerable. 

La disposición del espacio es parte del espectáculo, evidentemente no del contenido de la narración, pero sí de su forma. La prueba de su importancia la encontramos en la historia de las artes escénicas en la que cada estilo teatral el circo, la comedia italiana, la tragedia griega, el teatro de calle, etc. ha forjado su propia distribución del espacio, aquella que mejor se ponía al servicio de la relación con el espectador y con las peculiaridades del estilo. El arte de la narración es un arte vivo, que cambia, se transforma y busca nuevas formas. Es imperativo reflexionar sobre la disposición del espacio que mejor sepa poner en evidencia su belleza.

 

Alberto García