Para los narradores de cuentos y cualquier otro artista, «símbolo» se puede entender como un acuerdo para denominar uno de los componentes del acto de simbolizar, y así poder hablar de este hecho con cierta soltura.

Denominamos «símbolo» a cualquier objeto o ente (natural, artificial o imaginario) cuando está ejerciendo la función de punto de partida para simbolizar.

«Simbolizar» es aplicar la facultad humana de transformar imaginariamente una de las muchas cosas al alcance de nuestros sentidos en otra... y en otra, y en otra, y en otra... Simbolizar no se efectua con la mente solo, como en cualquier interpretación semántica (o semiótica), sino que interviene la persona en todo su ser: espiritual, mental, emocional, físico (y todas las partes o los todos que entienda cada uno como ser).

El hecho de simbolizar coloca a la persona en un estado de celo (inspiración) en el que se abre a las posibilidades. Podríamos decir que, cuando el ser humano simboliza, transforma momentáneamente algo de su entorno y a sí mismo, situándose en un lugar o plano de perspectiva expectante sobre él mismo y su entorno. Cada persona simboliza algo distinto en cada situación: lugar, momento o personas.

El símbolo (o más bien el acto de simbolizar) pertenece más al ámbito del experimentar, del expresar y del compartir, con lo que conlleva de juego, liberación, confianza, etc., que no al ámbito del comunicar, traducir e interpretar, con sus efectos concluyentes y definitorios.

Siempre propone re-conocer el mundo, como si cada uno y cada cosa estuviera naciendo de nuevo.

Re-hace el entorno y a uno mismo, pasando por encima de las convenciones y los intereses creados.

Re-úne el fuera y el dentro (lo cósmico y lo onírico) para poner en marcha una poética encaminada a la propia humanización. 

Al ser humano le encanta simbolizar y lo hace constantemente (aunque no sepa que así se denomina lo que está haciendo).

Algunas citas breves:

«Un símbolo es algo que una cultura en particular considera que significa algo más», Rowena y Rupert Shepherd.

«La interpretación simbólica no consiste en encontrar o reconstruir un lazo fuerte o débil entre una señal y una significación; se trata más bien de una forma particularmente creadora de solucionar un problema», Dan Sperber.

«¿Qué es la literatura, sino la expresión de estados de ánimo a través del vehículo del símbolo y el incidente?», W. B. Yeats.

«Necesitamos un mundo simbólico porque llevamos el símbolo dentro: caracteriza y singulariza al ser humano», Victoria Cirlot.

 

Ignasi Potrony